VIGILAR PARA CRECER Mt 24, 42-51

VIGILAR PARA CRECER

Mt 24, 42-51

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Cuál es la fuerza que en tu experiencia de vida usas para resistir y mantener viva la esperanza? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús exhorta a la comunidad a estar vigilantes y preparados ante su evidente venida. Nos enfrentamos a una tentación permanente de conducir una vida donde no haya problemas, ni obstáculos, una vida tranquila y en paz donde no perdamos el control y todo lo podamos manejar a nuestro modo, como si no hubiera que hacer cambios y esfuerzos significativos para mejorar nuestro estilo de vida. Muchas personas están preocupadas por las diferentes situaciones y eventos que suceden alrededor del mundo. Algunas con una actitud de alarma y de inseguridad se encierran en sí mismos. No sólo de un modo físico, también lo hacen en su interior, impidiendo sacar lo mejor de cada uno para aportar y transformar en nuestra experiencia de vida. Están tan preocupados de sus quehaceres que a veces olvidan de que su experiencia y su presencia es tan importante para despertar y descubrir que hay algo más por hacer para desbloquear la vida y mejorar lo que ya está hecho o está sucediendo. Otros, entre tanto hablan de acabar un mundo o de que el mundo está por acabarse. Ya no hay nada que hacer por la relación, por los comportamientos de los hijos, pero sin llegar a percibir lo que es esencial, lo que es maravilloso, renovador en las acciones y en los hechos de cada día. De esta manera, suele pasar que nos conformamos con lo que hay, como que ya no hay nada que hacer, eso es normal y tomamos una actitud cínica sobre el estado de las cosas que nos suceden en el mundo de nuestras relaciones personales, pero sin hacer nada para mejorarlo. Nos acostumbramos tanto que llegamos a creer que así es y no hay otra forma mejor de vivir y avanzar. Noten, lo que interesa no es saber si el mundo se acaba o no, lo importante es tener una mirada distinta de nuestro entorno, de nuestra realidad, capaz de crear en todos todos los acontecimientos de nuestra vida algo constructivo, renovador y sanador para todos. La propuesta de la vida no es destrucción o tragedia, es descubrir que es posible desarrollar habilidades y talentos que facilite contribuir a una mejor calidad de vida. Ahí está puesta nuestra esperanza. Lo que importa es abrir los ojos para ver que nosotros, sin interesar las condiciones, tenemos la capacidad de complementar y completar nuestra vida cada día, como si fuera el primer o último día de nuestra existencia, dándole un nuevo sentido, un nuevo sabor, un nuevo renovado clima. Si nos revisamos seguramente nos encontramos con algo, que aunque pequeño podemos tomarlo con una actitud humilde para cambiar nuestra mentalidad y con eso contribuir y facilitar que las relaciones sean más amables, constructivas y saludables. Por tanto, no podemos caer en la complacencia ni en el acomodo, como tampoco relajarnos ante las situaciones y circunstancias. Lo mejor es mantenernos despiertos para descubrir mayores cosas y oportunidades que nos impulsarán a encontrarnos con nuevas cumbres que nos facilitará crecer y avanzar en todos los aspectos de nuestra vida, trayendo un mejor bienestar para todos.

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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