EL PRECIO DE ESTAR EN CONTRACORRIENTE Mc 6, 17-29
EL PRECIO DE ESTAR EN CONTRACORRIENTE
Mc 6, 17-29
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿Hemos sido víctimas en algún momento de nuestra experiencia de vida causados por el autoritarismo y el desmando en el ejemplo de actitudes y acciones de otras personas? A la luz de la Palabra de Dios, Juan Bautista, precursor de Jesús, muere sin haber tenido un proceso, víctima de la prepotencia, el poder, la corrupción, la cobardía y la superstición de Herodes. En nuestra experiencia nos encontramos con un gran contraste, personas que teniendo un poder, un reconocimiento social, toman una actitud débil e irresponsable frente a las situaciones y circunstancias inevitables de la vida. Algunos son influenciables porque temen perder su poder y su prestigio. Otros por querer dominarlo todo, guardando una apariencia, obran y actúan en contra de sus propias ideas, de sus principios y convicciones, provocando consecuencias que ponen en riesgo su vida y también la de los demás. Entre tanto, otros usando su autoridad callan y silencian a las personas que no siguen y aceptan sus intereses o que les parecen incómodos por su forma de hablar y de contemplar la vida. Cuántos hoy están en peligro por las distintas opiniones sobre el aborto, la violencia, el maltrato infantil. Cuántos continúan siendo marginados, desplazados de sus tierras. Cuántos están siendo dañados, calumniados, acusados en su buen nombre por palabras, argumentos, trampas que destruyen la intimidad y la profundidad de la vida y de las relaciones nobles y significativas. A cuántos no se duda descalificar, excluir o hacer sentir ignorante por querer tener la prioridad de destacarse o buscar que la verdad absoluta sea prioridad. Cuántos reclaman sus derechos, pero no aman porque no conocen la vida, la destruyen, la desprecian, la forman y la acomodan según sus criterios, sus caprichos e interpretaciones, distorsionando e imponiendo una visión poco recomendable para progresar con libertad en nuestra experiencia de vida porque hacen de los otros un instrumento de satisfacción o literalmente de trofeo. Sin embargo, entre muchas cosas, otros actuando con humildad, decisión, con espíritu constructivo, con amor y con una actitud de aprendizaje asumen con responsabilidad su vida, usando estas estrategias, como las mejores herramientas para afrontar y amar la profundidad de la vida, buscando aportar, crecer y avanzar sin medida. Por supuesto, que el precio por estas acciones son costosas, pero es más importante ir contracorriente, como servicio, que dejarse apabullar por el miedo que muchas veces nos impulsa a negar la voz de la conciencia y de la verdad. Por tanto, desarrollar actitudes y acciones distintas a la de la mayoría de otros puede ocasionar rareza, rechazo, crítica, pero si aquellas son actitudes y acciones que facilitan el crecimiento personal y también el de los demás, entonces habrá que superar los obstáculos y las adversidades para alcanzar las metas, haciendo que la realidad de nuestra vida cambie y se transforme.
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