LA ECUACIÓN PARA CRECER EN LA VIDA Mt 25, 1-13

LA ECUACIÓN PARA CRECER EN LA VIDA

Mt 25, 1-13

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Cómo estamos construyendo nuestra vida? Y ¿Cuáles son los aportes que le estamos dando para mejorarla? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús educa a sus discípulos a través de la parábola de las diez doncellas, con el fin de mantener una actitud de vigilancia en todo momento y de estrecha relación responsable con el Maestro. Toda nuestra vida lleva un rumbo, un ritmo, una dinámica. Habrá momentos para trabajar, para proyectar y planear, otros para descansar y para celebrar, pero aún en estos instantes es necesario mantenerse activo, despierto y vigilante para no caer en la superficialidad o en la rutina. Mirar más allá del momento que experimentamos es necesario porque nos permite descubrir hasta en las mínimas cosas de la vida una oportunidad para mejorar y ver qué está faltando y cómo lo podemos solucionar para fortalecer el camino y continuar avanzando. La vida no nos permite mediocridad e improvisaciones porque esto nos puede conducir a tomar caminos inadecuados o a tomar acciones erradas que facilitan cometer imprudencias que nos cierran las puertas. Cuántas veces por tomar decisiones inadecuadas nos despertamos asumiendo un estilo de vida superficial, sin compromiso alguno y sin un aporte que contribuya a mejorar la calidad de la vida. Cuántas veces usamos las cualidades, la inteligencia, el poder y los talentos para presumir o a veces para apagar y pisotear la luz de los demás. Entre tanto, algunos se arriman a otros para aprovecharse de su luz, de su trabajo, de su esfuerzo, desarrollando un estilo de vida sin sacrificios significativos y sin ninguna otra pretensión que lograr sus aspiraciones con la luz y esfuerzo de otros. Imprudencias que no son recomendables porque desvirtúa la mejor versión de lo que somos como personas. Cada uno tenemos la capacidad de sacar lo mejor de nosotros para acompañar, para construir, para ser más creativos, facilitando ambientes más saludables que traigan frutos abundantes o hagan crecer y fortalecer las relaciones personales. Todos tenemos talentos, habilidades que podemos desarrollar, profundizar y dedicar tiempo para ponerla al servicio constructivo de los demás, viviendo un estilo de vida con mayor intensidad. Pero, quedarnos dormidos, acomodados y relajados, actuando como espectadores que ven pasar la vida, sólo provocará que en algún momento de nuestra vida nos demos cuenta que no hemos progresado, que está estancada, llena sí de cumplimientos, de rúbricas, pero lejos de lo que verdaderamente somos y de lo podemos ofrecer para hallar nuevas y mejores experiencias. Por tanto, es importante aprender a mirar más allá de nuestro presente, a planear, a poner metas, objetivos que nos muevan a subir nuevas cumbres, previniendo las necesidades y las oportunidades para lograr avanzar junto con otros, saliendo de lo que nos acostumbra para darle un nuevo sentido a lo que hacemos y desarrollamos en nuestra vida. Cada instante que vivimos es una oportunidad, un regalo y un tiempo oportuno para encontrarnos con nuevas experiencias y para mejorar en todos los aspectos que hacen parte de nuestra vida. No siempre será lo mismo si hay apertura, si hay amor y si hay alegría. Tener la actitud de prepararnos y de actuar con responsabilidad los efectos serán de gran bendición. Esta es la ecuación para crecer en la vida.

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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