SER DUEÑOS DE SÍ MISMO Lc 4, 31-37

SER DUEÑOS DE SÍ MISMO

Lc 4, 31-37

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Cuándo fue la última vez que alguien nos hizo una impresión profunda de nosotros? ¿cuál fue nuestra reacción? ¿nos ha servido para crecer? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús es admirado por la manera de enseñar y por liberar a un hombre que estaba poseído por un demonio impuro. Qué complejo es hacer posible que las personas se dejen sorprender de las cosas esenciales de nuestra vida y se descubran dueñas de sí mismas, de sus decisiones y de sus acciones. Hay estímulos positivos que nos impresionan, que animan a continuar hacia adelante, pero hay otros estímulos con tinte negativo que cargan, que se convierten como un grillete que ata y no deja avanzar. La mayoría de veces dejamos que el entorno, las situaciones, las circunstancias y las personas sean los que elijan, sean quienes tomen nuestras decisiones, que en efecto van en contra de nuestros principios y valores que nos alejan de las metas que habíamos soñado. Hoy muchas personas están absorbidos por las diversas propagandas usadas por los medios de comunicación, por las ideas publicitarias del comercio. Entre tanto, otros están encerrados en sus propias ideas de poder, riqueza, prestigio y abundancia perdiendo el control de su pensar, de su hablar y de su actuar porque su prioridad rentable es engañar y manipular, haciéndose esclavo de sus conductas, de sus decisiones y de sus apetencias. En fin, cuando no nos hacemos cargo de nuestra vida, otros lo harán. Quien vive en consonancia con el deseo de los demás, deja de vivir su propia vida. Por eso, tomar la rienda de nuestra vida no es una tarea fácil, sin embargo, es el proyecto al que podemos dedicarnos como personas que somos, logrando vencer con nuestras decisiones y comportamientos lo que nos puede esclavizar, impidiendo crecer y avanzar en los distintos aspectos de nuestra vida. Ser dueño de sí mismo es una batalla que podemos librar para ser libres y felices con la capacidad de ver, pensar y actuar por sí mismo y con responsabilidad, usando de un modo adecuado el gran poder de la libertad con que hemos nacido, logrando conquistar objetivos que contribuyan a un bienestar constructivo y saludable para todos. Hacernos responsables de nuestra propia vida, creando un proyecto vital que podamos desarrollar con verdadero compromiso es hacernos dueños de sí mismo, actuando sobre aquello que deseamos mejorar y lo que deseamos alcanzar.

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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