BUSCAR LO ESENCIAL Mt 22, 34-40

BUSCAR LO ESENCIAL

Mt 22, 34-40

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Nos hemos preguntado en algún momento de nuestra experiencia de vida por qué el amor es importante y vital para nuestra existencia? A la luz de la Palabra de Dios, un fariseo para poner a prueba a Jesús le pregunta ¿cuál es el mandamiento mayor de la Ley? Tal vez estamos acostumbrados desde pequeños a seguir una gran cantidad de deberes y obligaciones, a cumplir reglas y normas al pie de la letra, pero es posible que no nos hayamos preguntado para qué sirven o cuál es el sentido que debe darse en la aplicación de nuestra vida y en nuestras relaciones. Las leyes y las normas son indispensables para una sana convivencia, pero lo mejor no está en ellas, sino en el amor como el impulso que hace salir el potencial y la belleza que hay en nosotros, convirtiéndose en una expresión que satisface y beneficia a todos. Una vida orientada por el amor es una vida que construye, que libera y que transforma. Lo esencial, el centro de nuestra vida y de nuestras distintas relaciones es el amor. Más aún esto es lo que más nos identifica porque hemos sido creados por el amor y para proyectar amor. Un amor que está en dirección hacia sí mismo, hacia los demás y hacia quien es el Amor. Amar, entonces no sólo nos sintoniza con las normas y las leyes de convivencia, también nos pone como centro la mirada en las personas con quienes compartimos, crecemos y buscamos llegar a acuerdos cuando surgen las diferencias. Es en el amor constructivo donde damos solidez a las relaciones y a las acciones personales. Cuando nuestro enfoque está en el amor, facilitamos el camino para progresar, superando rivalidades, enojos, rencores, envidias y egoísmos que surgen por los inconvenientes de estar en contacto con personas que piensan y actúan distinto a nosotros. El amor es la novedad y la realización de cada persona porque no impone ni obliga, convirtiéndose en una columna de soporte que sostiene el crecimiento permanente, logrando alcanzar nuevas cumbres que superan toda adversidad, dando color a todas nuestras emociones y acciones y, dando sentido a lo que aprendimos y a lo que seguiremos conociendo. Aprovechar cada día para vivir como si fuera el primero de nuestra existencia es abrir la posibilidad entonces,  de amar con todas las fuerzas, siendo libre y feliz, dando sentido a cuanto nos rodea, sacando la mejor versión que hay en nosotros para vivir junto a otros de una manera realizada y plena.

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

Comentarios

Entradas populares de este blog

SABER ESCUCHAR PARA AMAR Mc 12, 28b-34 Domingo Trigésimo Primero del Tiempo Ordinario (Ciclo B)

EL ARTE DE VIVIR JUNTOS PARA SIEMPRE Mc 10, 2-16 Domingo Vigésimo Séptimo. Tiempo Ordinario (Ciclo B)

RESCATAR LA VIDA, SIRVIENDO CON GENEROSIDAD Mc 10, 35-45 Domingo Vigésimo Noveno del Tiempo Ordinario (Ciclo B)