APROVECHAR Y DISFRUTAR MÁS DE LA VIDA Mt 20, 1-16
APROVECHAR Y DISFRUTAR MÁS DE LA VIDA
Mt 20, 1-16
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿Qué reacciones has tenido cuando en tu experiencia de vida los resultados que esperabas tener no se han dado como lo esperabas, mientras que a otros lo han alcanzado todo? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús cuenta de nuevo otra parábola para retratar la situación del día al día de sus oyentes y la manera como se reacciona frente a lo recibido por el esfuerzo y el trabajo. Hemos escuchado en algunas ocasiones la frase que algunas personas nacen con su estrella, mientras que otros nacen estrellados. Palabras que en realidad no son recomendables porque están cargados de envidia, murmuración, de estrés y de un deseo de pretender querer y desear lo de los demás, sin darnos cuenta el valor de lo que somos y de lo que tenemos. A todos se nos ha dado una vida para trabajar, para disfrutar y para crecer, para producir más vida y sostener la que ya existe con responsabilidad. Todos tenemos oportunidades para desarrollar y producir los talentos, las habilidades, para ponerlos al servicio de los demás, para actuar constructivamente. Nadie es más que nadie. Sin embargo, algunos usando su poder, su autoridad y su riqueza cierran las oportunidades para que otros también puedan contribuir a su crecimiento y al de los demás. No quieren perder su puesto ni su prestigio. Entre tanto, otros dejan pasar las oportunidades que se presentan porque prefieren quedarse como espectadores o sencillamente el miedo, la duda los apabulla para entrar en el dinamismo de la vida. Al final la consecuencia es la misma: decepción, celos, envidia, rencor, rivalidad entre unos y otros porque creemos que debemos merecer más que los demás. Hay muchas personas que pasan su vida en una actitud de queja, deseando solamente recibir o deseando lo que tienen o han logrado con esfuerzo, dedicación y disciplina otros. No sé dan cuenta de lo que son como personas y de lo que pueden dar para crecer y hacer aporte de vida a los demás. Tienen incluso autoestima baja. Lo tienen todo, pero todo lo ven con sospecha y como problema. Son negativos y pesimistas. Así que, quedarse encerrados en sí mismos, buscando intereses propios, anquilosados en sus seguridades no es recomendable porque los efectos tampoco serán recomendables. Por ejemplo, si hay envidia, ésta causa amargura y desenfoca de lo que es esencial, impidiendo disfrutar de lo que somos y de lo que podemos hacer con libertad y alegría. Por tanto, el problema no es que unos tengan, ganen o merezcan más que los demás. Lo importante es aprovechar y disfrutar el dinamismo, los recursos que nos regala la vida para vivirlos y ponerlos en favor y bienestar para los demás, de un modo constructivo, desde la situación que estemos. Todos somos responsables de todos y todos tenemos algo para trabajar y para compartir. Con ello, ya hemos recibido nuestra paga, lo cual será más grande y sorprendente, más de lo que nos podemos imaginar.
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