DICIENDO Y HACIENDO Mt 23, 1-12

DICIENDO Y HACIENDO

Mt 23, 1-12

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Qué le estamos hoy diciendo y haciendo con nuestras palabras y acciones a la vida? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús confronta el polémico retrato de la vanidad y la hipocresía: porque dicen y no hacen. Reza un refrán: ni raja ni presta el hacha. Otro nos afirma que del dicho al hecho hay un gran trecho. Si, entre lo que pensamos y hacemos existe una gran distancia. Entre lo que decimos y hacemos se convierte en una paradoja porque lo prometido no corresponde con las acciones o el camino a seguir para lograr llegar a los objetivos. Algunas personas llegan a ser muy elocuentes con su discurso, con la expresión de sus palabras, son líderes que puestos sobre una tarima expresan sus pensamientos, sus ideas, de un modo convincente, pero sus actitudes y sus acciones no corresponde con lo dicho porque se mantienen distanciados de la experiencia y la realidad de las personas. No permiten que se acerque a menos que les convenga o ayuden a ejecutar sus propios intereses. Se buscan a sí mismos. Su respuesta de vida es excluyente. Saben usar muy bien su saber, su poder y su autoridad para impresionar y dominar. Entre tanto otros, observan con celo normas, leyes, cargan en su cuerpo una serie de elementos para su protección, pero su interior está bloqueado porque no han podido encontrarse con lo que es esencial. Hacen grandes y largos viajes, pero se sienten incapaces de hacer el viaje de acercarse a quien ofendió y pedir perdón. Le dan más culto a la apariencia, al engaño y a la vanidad, buscando obtener los mejores puestos de honor, pero no prestan el servicio del amor, viven con amargura, alimentan el orgullo, la soberbia, la tristeza, el miedo. No se comprometen ni hacen el mínimo esfuerzo de caminar un poco más de lo aprendido. No les interesa el servicio constructivo de los demás, siempre tienen una excusa, aunque si, critican, juzgan y ponen tareas y exigencias de vida. Reclaman derechos, pero no quieren mover un dedo para transformar realidades. Somos muy expertos para decir lo que los otros deben hacer y exigimos que el otro obre, piense, se vista como yo quiero, pero sin llegar a dar algún aporte o hacer algo para que el otro pueda mejorar y crecer. Actuamos a la manera de un "selfie", sólo para mostrarnos. Decimos mucho, pero poco hacemos. Comportamientos que cierran la oportunidad para disfrutar y dar verdadero sentido y realización a la vida. Por eso, lo recomendable e inspirador es el servicio, actuando con humildad, dando prioridad a las otras personas, sin pretensión más que construir y liberar, aliviando y aceptando, abrazando sin exclusiones, realizando esfuerzos e incluso haciendo sacrificios significativos que generen oportunidades y enseñe un camino de libertad y felicidad donde todos podamos sentirnos beneficiados, alimentando no las diferencias, sino proyectando la comunicación, la cercanía, la fraternidad y el amor, herramientas que crean relaciones saludables, firmes y constructivas.

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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