USAR LA FE PARA VENCER Mt 17, 14-20

USAR LA FE PARA VENCER

Mt 17, 14-20

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Recurres en tu experiencia de vida y de relación con los demás al uso y a la fuerza de la fe? A la luz de la Palabra de Dios, los discípulos de Jesús se sienten impotentes para curar un joven que sufre de epilepsia por razón de su poca fe. La fe como fruto se nos ha dado en semilla para que al cuidarla y ejercitarla pueda llegar a dar el mejor fruto. No importa si la fe es como un grano de mostaza o si es como la semilla de un aguacate, lo que interesa es ejercitar este fruto para ver donde otros no alcanzan a ver, visualizando a dónde queremos llegar y qué queremos alcanzar para mejorar y fortalecer nuestra calidad de vida y las relaciones con las demás personas. La fe es una fuerza espiritual que nos mueve a hacer que las cosas que nos parecen inalcanzables, majestuosas, complejas, difíciles e imposibles, sucedan. En muchas ocasiones en nuestras distintas experiencias de vida nos hemos encontrado con situaciones complejas de relación, problemas de familia, de ausencia de padres, discordias entre hermanos, separaciones de pareja, desacuerdos laborales, distanciamiento entre unos y otros causando competencias, rivalidades e imposiciones. Situaciones que parecen superar nuestras fuerzas, que bloquean nuestro dinamismo de vida y nos impide avanzar. En algunos casos esto provoca rencores, resentimientos, que en lugar de hacernos ligeros, nos hunde en el mar de la esclavitud, de la indolencia, del odio y de la división. Se llega incluso a afirmar con voz alta que no se perdona, aunque la persona que ofendió esté bajo tres metros de tierra. Reacciones extremadamente violentas impregnadas de orgullo, de prepotencia y de tacañez. Esto provoca que se levanten grandes montañas que separan, que distancian entre unos y otros,  interponiéndose llevar una relación humana y personal saludable que nos facilite progresar en todos los aspectos de nuestra vida. Pareciera, entonces, que aunque se nos ha dado el fruto de la fe como semilla, la capacidad de trasladar las montañas del egoísmo, del rencor, de superar las diferencias, no es suficiente. Sin embargo, el problema no es la cantidad de fe, sino la manera que la usamos en la relación con los demás, imponiendo nuestros propios intereses y criterios sin dar lugar a los acuerdos, a otras opciones y sugerencias. Usar la fe para vencer lo que bloquea para entrar en una mejor relación y contacto con los demás es abrir la posibilidad de transformar relaciones y situaciones que vencen todas las barreras, incluso transportan montañas para vivir de un modo libre y feliz, haciendo felices y aportando al crecimiento constructivo de los demás. No se trata de ver para creer, sino de creer para ver. La fe nos mueve a ver más allá de nuestras posibilidades, de nuestros egos para poder crear relaciones constructivas de amistad, de solidaridad y de generosidad. Relaciones con ambientes familiares, laborales y sociales saludables impregnados del amor y la alegría que nos causa ser felices.

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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