DESCUBRIR LA NOVEDAD Mt 12, 38-42

DESCUBRIR LA NOVEDAD

Mt 12, 38-42

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Cómo lees e interpretas las situaciones y circunstancias en la experiencia de nuestra vida? ¿Con criterio riguroso o con apertura? Más aún ¿Cuándo fue la última vez que aprendiste algo nuevo? A la luz de la Palabra de Dios, las autoridades religiosas piden a Jesús realizar un signo para que ellos puedan examinar si Jesús es o no el enviado de Dios. En ocasiones de nuestra vida seguramente nos han sucedido distintas circunstancias que nos invitan a revisar y evaluar nuestro proceso de vida, situaciones que en algunas etapas son confusas, oscuras, algunas que nos parecen injustas, difíciles de entender, pero que se convierten en una oportunidad para mirar un poco más allá de lo que tenemos para lograr obtener nuevos aprendizajes que nos harán progresar en todos los aspectos de nuestra vida. Sin embargo, existen personas que con una mirada un poco mezquina no logran apreciar, valorar y acoger de un modo diferente la vida. Se les olvida en muchos casos que el crecer implica aprender, hallar novedades, por eso, se establecen en sus propios criterios, en sus propias ideas y rutinas y conocimientos. Quieren incluso que otras personas también se sometan y usen sus criterios, sus métodos y esquemas, impidiendo levantar la cabeza para comenzar a descubrir algo más de lo que nos ofrece nuestra vida. Son personas que en ellos no existe la apertura ni la pretensión de encontrar con la novedad porque prefieren quedarse anclado en sus falsas seguridades, en sus apegos, en la idea de continuar leyendo el pasado para aplicarlo al pie de la letra en el mover del presente porque es mejor lo conocido que aquello que es posible conocer, limitando así ver nuevos frutos, nuevos resultados, nuevas actitudes y acciones en otros. Son personas que constantemente se viven quejando y reclamando de lo que les pasa o le ocurre en su vida, asumen una actitud de víctimas; otras se asustan por las novedades que van surgiendo en la dinámica de la vida y de las personas y, en consecuencia juzgan. Otras piden señales, pruebas, incluso de amor para poder tomar decisiones, pero realmente al quedarse analizando y esperando retrasan las decisiones, proyectando una imagen negativa de la vida y al final usando una frase: "Si lo hubiese hecho". De esta manera, nada sirve el hacer algo nuevo cada día, si la respuesta es siempre lo mismo. De nada sirve hacer un cuadro lleno de colores y de mensajes, si al mirarlo no se abren los ojos para hallar la riqueza que hay en esta obra. Quien cierra los ojos a las distintas situaciones de nuestra vida se pierde la posibilidad de avanzar, de asumir de una manera diferente y con responsabilidad los eventos inevitables que suelen surgir siempre en el diario vivir de nuestra existencia. Por eso, atreverse a descubrir la novedad a ver algo más en las circunstancias y situaciones que suceden en la vida y también en las personas con quienes nos relacionamos es encontrarse con un gran océano al que podemos escudriñar, profundizar, aprender y crecer, logrando salir de lo que nos acomoda y caminar de una manera más ligera, cercana con otros y feliz.

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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