CON LUZ INTACTA Mt 9, 32-38
CON LUZ INTACTA
Mt 9, 32-38
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿Cómo interpretas las actitudes y acciones buenas en las personas: con admiración agradecida o con envidia y malicia? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús cura a un mudo endemoniado, esto molestó a los fariseos quienes recurriendo a la malicia quieren opacar el hecho causado por el Maestro. Cuenta una leyenda, que una serpiente insistía en perseguir una luciérnaga; ésta huía rápido de la feroz depredadora por varios días, hasta que un día la luciérnaga paró fingiéndose exhausta y le preguntó a la serpiente: ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia? No, respondió la serpiente. ¿Te hice algún mal? No, volvió a responder aquel animal rastrero. Entonces, ¿Por qué quieres acabar conmigo? Preguntó la luciérnaga. La respuesta de aquella serpiente fue: Porque no soporto verte brillar. Siempre que hacemos o nos ocupamos de hacer el bien, hay otros que prefieren entorpecer y ensombrecer nuestro quehacer. Si brillas con luz propia por las actitudes y buenas acciones, alguien aparece con su malicia, con sus palabras de doble sentido, con su sombra de envidia y celotipia para querer apagar y oscurecer el hacer constructivo y liberador. Pero, estas acciones no pueden ser causa para no continuar abriendo caminos donde la vida sea prioridad. Se necesita trascender las sombras para continuar haciendo bien a los demás. Algunas personas por supuesto, ante el qué dirán cierran las puertas, se ancla, no avanzan en su vida ni ayudan a crecer a los demás, dejan que las palabras de malicia de otros valgan más que su deseo por progresar, abandonando el servicio, la familia el proyecto de Vida, las metas, quedándose en la indiferencia o en la excusa de la resignación. Por eso, aunque algunos intenten opacar nuestras ganas de servir, de estudiar, de prepararse mejor, de avanzar por mejorar es necesario volar por encima de esas pretensiones para que podamos con nuestra luz intacta, iluminar nuestra vida en la que no sólo crecemos nosotros, sino que abrimos el camino, la posibilidad para que otras personas también avancen y progresen en su vida. Necesitamos hoy todavía de personas libres de falsas seguridades que continúen colaborando con espíritu solidario, con capacidad de cumplir su propia misión, sus proyectos y sus sueños para mejorar la calidad de nuestra vida, superando el virus del orgullo, de la malicia y de la envidia, actuando con autenticidad y verdadera libertad, aunque esta luz que brilla desde nuestro interior afecte o moleste a algunos depredadores. ¿Te animas a hacerlo?
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