INFLUENCIAR O SERVIR Mt 14, 1-12
INFLUENCIAR O SERVIR
Mt 14, 1-12
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| Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿En nuestra experiencia de vida en qué sentido hemos ejercido, influencia, violencia, hostilidad y rechazo sobre las personas más cercanas? A la Luz de la Palabra de Dios, Juan Bautista es víctima del poder, de la corrupción, de la manipulación e influencia de Herodes y de sus allegados. Seguramente nos hemos encontrado con personas que cuanto menos saben y conocen de los otros, creen y quieren dominarlo todo, usando su poder, su prestigio, su capacidad de elocuencia y convencimiento para influenciar, para hacer que los demás piensen, hablen, actúen conforme a su deseo. Actitudes irresponsables que conduce a poner en riesgo la vida de las personas y las distintas relaciones con los demás porque el objetivo es persuadir, engañar, manipular y chantajear sin medir consecuencias. Y, más aún calla, silencia a quién es incómodo para él. Cuántos hoy están en peligro por las distintas opiniones sobre el aborto, la violencia, el maltrato infantil. Cuántos continúan siendo marginados, desplazados de sus tierras. Cuántos están siendo dañados, calumniados, acusados en su buen nombre por palabras, argumentos, trampas que destruyen la intimidad y la profundidad de la vida y de las relaciones nobles y significativas. A cuántos no se duda descalificar, excluir o hacer sentir ignorante por querer tener la prioridad de destacarse, de crecer o de hablar siempre con la verdad. Preferimos sacarlo, hacerlo a un lado de nuestro círculo. Esto porque se reclama el derecho a la vida, pero no se ama, no se conoce ni se profundiza en el servicio inspirador de la vida. Más aún se usa el poder, la riqueza, la violencia y la necedad para eliminar a quien está a favor de la fraternidad, de la solidaridad, de los acuerdos, de la sencillez y la humildad. Sin embargo, quien está atado a estas actitudes y acciones en su vida está desposeído de su libertad en el que no es posible volar y descubrir lo profundo de la novedad que ofrece el entrar en contacto con la vida y con los demás construyendo y fortaleciendo amistades nuevas, generando ambientes más saludables y productivos, creando mejores estrategias que muestren el camino para amar, servir y afrontar la profundidad de estar junto a otros. Por tanto, influenciar, persuadir como líder no es lo más recomendable. Lo recomendable es servir, es alimentar círculos virtuosos que faciliten planes, herramientas que beneficie a unos y otros, consiguiendo avanzar y crecer como parte de una misma familia.
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