ALIMENTAR LA SENCILLEZ Y LA HUMILDAD Mt 11, 25-27
ALIMENTAR LA SENCILLEZ Y LA HUMILDAD
Mt 11, 25-27
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿Cuál crees que es el grado de asombro y de sorpresa que tenemos frente a la experiencia de nuestra vida? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús alaba al Padre porque ha revelado su proyecto a los humildes y sencillos, ocultándolo a los "sabios", "inteligentes" y "poderosos". Dejarnos sorprender por las cosas que nos suceden en nuestra vida, para algunos es asunto solamente de niños. Pero, esto no es tan cierto cuando desarrollamos la capacidad de apertura a la vida, dejando de ser obstáculo a su creatividad, a lo mejor que nos puede ofrecer para que seamos libres y felices. Si. La vida desea que seamos felices. Cada uno de nosotros albergamos un deseo, un anhelo de actuar distinto, de ser diferentes, de pensar y de sentir de otra manera, aún cuando la complejidad de la vida nos rose. Por eso, es importante alimentarnos de la capacidad de la sencillez y de la humildad para dejarnos envolver por las nuevas cosas, las nuevas experiencias que podemos conocer, que nos llevan a relacionarnos de un modo diferente, que nos conduce a apreciar y valorar los triunfos de los demás, que nos facilita reconocer que en los otros también hay una gran pepita de vida, impregnada de oro, eso nos ayuda a ser felices y a compartir lo que somos y tenemos con solidaridad, superando ese espíritu de sentirnos estirados o complicados por el miedo supuesto de perder el poder, la autoridad o el prestigio. Vivimos más en función de conseguir lo que no tenemos que de disfrutar aquello con lo que contamos hoy. De esta manera, alimentar nuestro interior de sencillez y humildad es saber que no todo lo sabemos, que siempre hay algo más por aprender y, por tanto, nos dejamos sorprender, disfrutando de las grandes y pequeñas cosas para actuar con libertad, construyendo desde nuestro esfuerzo y desde nuestros anhelos de vida espacios que edifican y fortalecen verdaderas amistades, creando así, un oasis un lugar de confianza y de admiración por lo que nos rodea y nos ofrece el amor de un Padre que no se cansa de bendecir en abundancia.
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