COMPARTIR CON OTROS Mt 10, 1-7
COMPARTIR CON OTROS
Mt 10, 1-7
![]() |
Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿Cuál ha sido la experiencia de vida cuando has trabajado en equipo? ¿qué consecuencias has logrado alcanzar? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús llamó y les dio autoridad a sus discípulos para que siguiendo algunas instrucciones proclamen que el reino de los Cielos está cerca. No es posible compartir un estilo de vida, ser amigo de alguien y no participar de su vida, de sus propuestas y de sus proyecciones. Tener un equipo de trabajo, una comunidad, una empresa de familia será siempre fundamental para lograr alcanzar metas, consiguiendo grandes triunfos que aportan elementos constructivos, que hacen bien, que libera y nos facilita interaccionar con otras personas logrando no solo descubrir nuevos contactos, modos de pensar y actuar, sino también crear relaciones sanas y satisfactorias. Formar un equipo de vida, una familia para compartir y aportar es esencialmente liberador porque se aprende a servir sin condiciones venciendo el egoísmo y abriendo la puerta al desprendimiento, consiguiendo avanzar para continuar creciendo, subiendo de nivel en nuestra calidad de vida personal y dando un nuevo inicio de vida a quienes también nos rodean. Este estilo de vida nos hace más humanos porque nos permite entrar en contacto con otros pero, también ser más creativos, sacando lo mejor de cada uno para ocuparnos por la otra persona sin estar pensando solamente en un beneficio personal. Por supuesto que para esta proyección es importante seguir algunas instrucciones que nos facilitan ser solidarios, respetuosos y empáticos unos con otros. La tarea comienza por aquellos que hacen parte de nuestro entorno: familia, amigos y lugar de trabajo, de oficina para luego extendernos a otros evitando el juzgamiento en las diferencias. Lo segundo, estar dispuestos a compartir con otros sin el reparo de quedarse mirando sus luces y sus sombras, hace que la vida sea un asunto dinámico en el que es posible desarrollar habilidades que se complementan, satisfaciendo necesidades, aportando la diversidad en conocimientos, talentos y experiencias, dando respuesta a los retos y problemas que siempre suelen surgir en el campo de la convivencia, permitiendo así construir un camino con alegría, generosidad, Valentía y pertenencia, que a la postre fortalecerá las distintas relaciones personales y creará mejores climas en los distintos escenarios donde compartimos y celebramos la vida. Una dinámica que todos podemos hacer sin interesar cuál sea nuestro nombre, nuestra situación o de saber de dónde venimos. Lo tercero es saber que todos podemos hacer parte del equipo de la vida, que comparte con otros lo mejor que tienen para hacer felices a los demás. Eso sí, siempre y cuando tengamos las mejores intenciones de aportar, de complementar y no de aprovecharse de las situaciones para sacar parte, buscando su propio reconocimiento y prestigio, esto no será suficiente para crecer integralmente. Lo importante de compartir con otros es ayudar a crecer en confianza, acogiendo a los demás, con el compromiso de fructificar en lo que hacemos y a lo que hemos sido enviados para que muchos sean bendecidos.
Comentarios
Publicar un comentario