SER LIBRE, LIBERA Lc 14, 1-6
SER LIBRE, LIBERA
Lc 14, 1-6
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿Cómo actuamos en nuestra experiencia de vida cuando nos sentimos observados? ¿Mantenemos nuestra actitud y acción de libertad? A la luz de la Palabra de Dios, el paso liberador de Jesús por la vida de un hombre hidrópico nos permite aprender nuevas lecciones sobre el sentido de la misericordia. Aunque en muchas ocasiones podemos responder adecuadamente a las personas, especialmente a aquellas, que por su condición física necesitan ser ayudadas preferimos actuar de un modo indiferente, perdiendo la oportunidad de aportar algo más a nuestra libertad y a nuestra felicidad. Cuanto más nos fijamos en los demás para servir, más abrimos el camino de ser y de actuar libres y felices. Sin embargo, algunos se sienten condicionados, comprometidos, basados en sus costumbres familiares, educacionales, en sus afanes y en sus propias prioridades rechazando consciente e inconsciente a las demás personas que requieren de una palabra, de una cooperación, de un acompañamiento que los libere y les vuelva el sentido de su vida. Otras veces podemos escudarnos en formalidades o en excusas según nuestras conveniencias, actuando con rigor y con la disculpa de servir a Dios, provocando cargas y mayor sufrimiento a quienes se sienten necesitados, dejando que la solidaridad, la generosidad, el amor fraterno y la comprensión pasen a un segundo plano o estén fuera de lo que es esencial y práctico para dar frutos en abundancia. Por eso, es importante tener la actitud de tender la mano de la otra persona para ayudarla a salir de su situación a fin de que con la ayuda de Dios aquella pueda descubrir su propia libertad, pasando a la otra orilla donde puede decidir y actuar de un modo autónomo y creativo, capaz de conducir su propia vida, de ser dueño de sí mismo en sintonía con el proyecto de Dios- Padre y, así asumir con responsabilidad y perseverancia la misión constructiva frente a otras personas. Por tanto, la vida de una persona es más importante y está por encima de cualquier otra cosa, hasta de la institución más sagrada. Que no nos de miedo y estemos siempre prontos de actuar con libertad en favor de los demás, aunque estas acciones nos provoque el riesgo de recibir críticas. Recuerda que ser libre, libera.
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