BASES PARA SER MEJORES Lc 12, 1-7
BASES PARA SER MEJORES
Lc 12, 1-7
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿En quién estamos apoyando nuestra experiencia de vida frente a los momentos de adversidad con el fin de darle solidez sin dejar de ser mejores de lo que ya somos? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús, en medio de la multitud que se agolpa para escucharlo, se dirige a sus discípulos para enseñarles algunas bases y actitudes para ser mejores y contribuir. Siempre hay una oportunidad para rehacer la vida, para levantarnos de las caídas, para ser mejores de lo que ya somos con el fin de proyectar la vida con decisión y responsabilidad desde lo que somos y tenemos como personas, convirtiéndola en una gran bendición para los demás. Para lograr avanzar en esto es importante: 1. Evitar las apariencias y la hipocresía. Una de las mayores tentaciones que tenemos es pensar que los "Hipócritas" son siempre los demás, pero en realidad no siempre es así porque ponemos una cara bonita sin sentirlo y vivirlo en el interior. Esta actitud invierte los valores porque busca sólo favorecer el propio interés y las propias ventajas más que para interesarse por la vida y estar en función de los demás, reflejando acciones negativas, mostrando una cosa, pero lejos de la misma. Esconde la verdad. Muestra una fachada bonita que encubre y disfraza la podredumbre que hay por dentro, impidiendo dejar ver lo maravilloso que somos. Lo recomendable es ejercer una seria vigilancia sobre nosotros mismos para que la apariencia no se convierta en un principio de acción. 2. Ser canal de bendición. Lo que somos y lo que tenemos no es para centrarnos en nosotros mismos, para buscar nuestro propio reconocimiento, sino para hacerlo conocer a los demás, para divulgar y para compartir, siendo así un canal de bendición. Es importante sacar lo mejor que hay en nosotros para contribuir y avanzar en todos los aspectos de nuestra historia, confesando la vida, el Amor y la libertad. 3. Superar el miedo. El miedo se convierte en un gran problema para todos nosotros, cuando le tenemos miedo a nuestros miedos, impidiendo sacar la mejor versión que hay en nosotros y, por supuesto, para actuar con eficacia. Tener miedo frente a las responsabilidades de la vida es normal, aunque algunos apuestan por tener una vida sin miedo. Pero ¿qué sería de una vida que no tuviera miedo? Estamos expuestos a la crítica, a exponer nuestra integridad física cuando decidimos ser mejores, sin embargo, aún cuando machaque y haga sufrir los comentarios o las persecuciones, nada nos puede quitar nuestra libertad para hacer bien, para continuar creciendo y avanzando de un modo constructivo. El miedo no puede ser una excusa para negar lo que somos como personas libres y felices que actuamos para liberar. 4. Confianza en Dios y en sí mismo. Alguien dijo que no hay una hoja de un árbol que no se mueva por la voluntad de Dios. Fortalecer la confianza en Dios y en sí mismo es saber que contamos con su respaldo para desarrollar con perseverancia la misión y las acciones de vida y de amor, llevándolas a buen término, logrando cultivar crecimiento, madurez en las relaciones con los demás, contribuyendo así a vivir nuestra libertad y el acto maravilloso de ser feliz.
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