DAR SENTIDO A LA VIDA Lc 12, 49-53
DAR SENTIDO A LA VIDA
Lc 12, 49-53
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿Cómo reaccionó frente a los cambios y a las situaciones que me mueven a desacomodarme de lo que ya había aprendido? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús enseña el destino de su propia vocación, la cual se proyecta en un sentido y signo de contradicción. En el quehacer diario de nuestra vida nos acostumbramos a realizar los mismos movimientos o a tomar los mismos caminos, esperando obtener nuevos resultados. Sin embargo, lo único que logramos encontrar son los mismos efectos, impidiendo avanzar. Optar por seguir haciendo lo mismo de siempre sin asumir actitudes nuevas que provoquen cambios en el proceso de nuestra vida hará que los resultados muestren poco avance. Por supuesto que si la decisión es crecer y avanzar siempre nos encontraremos con obstáculos, con personas que están en desacuerdo, que se pondrán en contra de nuestras decisiones e iniciativas. Algunos les gustará lo que hacemos, les dará paz, libertad, alegría, entre tanto a otros será la oportunidad para señalar, creando situaciones de conflicto, de incomprensión. De esta manera, algunos querrán dar un paso hacia la novedad, hacia la experiencia de una nueva vida, otros querrán mantenerse cómodos en lo que están haciendo, es decir crecen, pero no avanzan no encuentran el sentido de su vida. Por eso es importante: 1. Prender el fuego. Es la invitación a transformar a mantener viva la pasión y la fuerza espiritual. No es recomendable quedarse resignado o rumiando en las mismas circunstancias o situaciones. El fuego renueva, aviva, impulsa, mueve, lanza hacia una nueva vida. Prender el Fuego dispone a trabajar por una sociedad más solidaria movido por la pasión y aspiración de aportar cosas nuevas que conduzcan a cambios que beneficien y sean de bendición para los demás, aunque esto implique ser un signo de contradicción para otras personas. Sin el Fuego no es posible avanzar hacia una vida nueva ni dar sentido a lo que vivimos y hacemos. 2. Decidir por lo mejor. Tomar la decisión con actitudes de cambio en el quehacer de nuestra vida como lo es desaprender para volver aprender es posible provocar división, generar diversas opiniones y reacciones, incluso en nuestras relaciones familiares. Sin embargo, lo que aquí interesa es mantenerse auténtico, dedicado y perseverante sin distraerse de las metas u objetivos, logrando aportar grandes cosas para nuestra vida espiritual, familiar y social desde lo que somos, incluso más allá de nuestras posibilidades. Por tanto, los cambios ocasionan reacciones diversas, pero aquellos mostrarán una vida con sentido, una vida en constante crecimiento y madurez con la capacidad de llegar a la plenitud, a la realización que nos distingue el ser hijos de Dios.
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