SOMOS VALIOSOS Y ESPECIALES Mt 18, 1-5.10
SOMOS VALIOSOS Y ESPECIALES
Mt 18, 1-5.10
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿En qué consiste la dignidad y la responsabilidad que tenemos por las demás personas? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús pone a un niño de ejemplo para exhortar a sus discípulos, quienes están preocupados en saber quién es el más grande en el Reino de los Cielos. Todos como personas somos importantes para la vida y para descubrir nuevas conexiones con otras personas. Todos contamos con una dignidad que nos hace valiosos, únicos, irrepetibles, merecedores de respeto y especiales sin interesar las condiciones o las situaciones diversas que expresamos en nuestra existencia. Sin embargo, en ocasiones está en el orden del día el desprecio, el rechazo, la exclusión y la marginación por las personas, de forma abierta o de forma discreta, generando un daño en las relaciones personales porque nos vemos amenazados unos a otros, creando distancias que nos impiden tener una buena comunicación que nos facilite crecer y avanzar juntos como personas con una grandiosa dignidad. Una realidad que se desprende por el afán de ser el mayor, el más grande, el más reconocido. Una acción negativa que anula y en muchas ocasiones empequeñece, lastima a las otras personas dejando una herida enorme que rompe con la confianza. No es el poder, no es el desprecio, la actitud de ridiculizar las actitudes o las acciones de los demás lo que nos hace grandes, sino la sencillez, la humildad, el hacernos pequeños para engrandecer a los otros. La dignidad de cada uno de nosotros hace valiosa la vida, como es valiosa la vida de cada uno de nosotros. Así que, acoger a las otras personas sin interesar su condición de vida o su forma de pensar es lo que nos hace grandes, más aún cuando optamos por servir, por acompañar, por ayudar a que la otra persona crezca y avance hacia nuevas cumbres. En cada uno de nosotros está la oportunidad hoy de inspirar la vida, de hacerla cada vez mejor, actuando con responsabilidad tanto de nosotros como también en favor de los otros. En esta dinámica de estilo de vida está la presencia de Dios quien inserto en nuestra existencia y en nuestras relaciones se responsabiliza tanto de nosotros que somos sus pequeños, como también de otros que aunque diferentes son también sus hijos. Por tanto, Cuánto más consigamos no despreciar a nadie más posibilidad hemos abierto para no caer en el peligro de muchas debilidades que nos destruyen. Actuemos tratando a los demás como si fuera lo más especial, así como nosotros también somos especiales para que juntos podamos construir y hacer enorme y saludable nuestra vida, reconquistando sueños con toda confianza y bendición.
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