PERSEVERANCIA Y EFICACIA EN LA ORACIÓN Lc 11, 5-13

PERSEVERANCIA Y EFICACIA EN LA ORACIÓN

Lc 11, 5-13

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Hemos sido perseverantes o indisciplinados en el tiempo que dedicamos a las actividades en nuestro itinerario de vida? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús cuenta dos parábolas a sus discípulos: la del amigo que satisface la petición de un amigo suyo y la del Padre bondadoso que tiene oídos y corazón para atender las solicitudes de sus hijos. La clave para alcanzar buenos resultados es la perseverancia, ésta entendida como un esfuerzo continúo que desarrollamos, quienes emprendemos y seguimos un proyecto de vida. Esto supone llegar a conseguir lo que nos hemos propuesto, buscando soluciones a las dificultades que pueden surgir en el camino y en el proceso para mejorar la calidad de nuestra existencia, obteniendo mejores resultados. Perseverar con eficacia nos permite no dejarnos conducir por lo que es fácil y cómodo, alcanzando mayor fortaleza, estabilidad y confianza en sí mismo y en Dios, superando los fracasos y los obstáculos para llegar al cumplimiento de nuestras metas. Para esto es necesario: 1. Orar con perseverancia y confianza. Perseverar no es una opción de vida, sino una obligación para mantenernos firmes en situaciones adversas, donde fácilmente podemos tirar la toalla, incluso nos facilita romper ciertos protocolos,  logrando obtener los objetivos que nos hayamos propuesto. Perseverar y confiar nos impulsa a continuar hacia adelante sin desfallecer. Es oportuno, entonces orar y laborar con perseverancia, pues no se recibe lo que no se pide. No se logra alcanzar cuando no se esfuerza y se persevera con disciplina. Orar con perseverancia y confianza nos ayuda a salir de nuestras seguridades, miedos y temores para emprender procesos de vida que contribuyan al crecimiento integral de los demás, dando oportunidad a transformar realidades. 2. Ser eficaz y productivo en el quehacer cotidiano. Para esto es necesario tener claro las prioridades, dejándonos sorprender de las maravillas del Padre, que siempre son nuevas, grandes y mejores de las que ya hemos conseguido. 3. Importunidad. Esta acción puede sonar a un acto de desfachatez e intensidad de una persona, que pide, que busca, que toca la puerta, que insiste, que persiste y que molesta. Sin embargo, es una herramienta que da confianza, que ve oportunidades para desarrollar, progresar y avanzar para mejorar la calidad de nuestra vida, dando lo mejor de nosotros, sin desconocer nuestra realidad. Por tanto, es oportuno orar siempre, actuando con perseverancia, eficacia y sin límites para continuar progresando y mejorando cada día en nuestro quehacer diario, renovando nuestras relaciones y ayudando a que otros logren también llegar a sus metas.

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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