LO MARAVILLOSO DE SER MUJER Jn 19, 25-27

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO
LO MARAVILLOSO DE SER MUJER

Jn 19, 25-27


¿Cómo reaccionamos en los momentos de adversidad y dificultad? ¿huimos o nos mantenemos firmes y dispuestos a continuar hacia adelante? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús en la cruz abre el corazón de su madre a la maternidad espiritual de sus discípulos, representados en el discípulo que ha comprendido el misterio del Señor y ha permanecido fiel al Maestro hasta la crucifixión. Algunas personas afirman que en los momentos de prueba, de dificultad es cuando verdaderamente podemos conocer a una persona. Todos tenemos en particular una capacidad muy especial y es estar en los terrenos más difíciles y complejos sin perder la estabilidad emocional. Hoy quiero referirme a la mujer, quien ante la prueba, el dolor y la entrega es fuerte, no se deja abatir ni apabullar. Mujeres dispuestas a sobrepasar todos los terrenos que se le presentan. Mujeres valientes y guerreras que aunque sufren caídas y lloran se saben levantar, manteniéndose firme, perseverante con la mirada siempre arriba. Mujeres humildes que reconocen sus capacidades y potenciales. Saben aprovechar cada instante, cada momento para transitar en el camino de hacer mejor lo que ya está hecho. Mujeres que usan todo su ser para enfrentar los desafíos que son inevitables, pero que en su mayoría salen airosas porque ponen sus potenciales a favor y en favor de los demás. Mujeres que saben dar vida, respeto, amor incondicional, alegría y gratitud a todos los que hacen parte de su entorno. Mujeres que no vacilan, que no abandonan, aún cuando todo parece estar en su contra. Confían en ellas y en las promesas de Dios. Por su puesto recordamos también a las mujeres que han sido madres, aquellas que con el Amor y la generosidad han visto crecer, madurar y acompañar a sus hijos en sus decisiones responsables, haciendo sacrificios significativos, creando así una relación única entre madre e hijo. Madres que sin perder su identidad femenina hacen del dolor y el sufrimiento algo fecundo porque encuentra fuerza en lo adverso y en lo que duele para transformar la vida, superando la derrota, la violencia, la desesperación, la enfermedad y el encierro en sí misma. Madres, que como mujeres no pierden la alegría en el sufrimiento, sino que usan a éste para aprender y continuar creciendo en todos los aspectos de su vida. Una maternidad que no se limita, sino que la extiende, de modo espiritual, cuando con su ayuda y ánimo facilita a avanzar en la vida a otros hacia sus metas, construyendo verdaderas relaciones de amistad y fraternidad, impulsadas por el Amor. Por tanto, no interesa cuántos terrenos deba desempeñar como mujer, cada uno de ellos es una oportunidad para crecer en experiencia y aprendizaje. Cada uno de ellos para recordar que ser mujer es una bendición para la vida y para quienes saben acoger lo maravilloso de ser mujer.

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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