EL ARTE DE SER FELIZ Lc 11, 27-28

EL ARTE DE SER FELIZ

Lc 11, 27-28

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Qué estamos haciendo para ser libres y felices en nuestro estilo de vida? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús es elogiado por una mujer, exaltando el valor de la maternidad en su estado biológico, pero el Maestro hace una corrección a este elogio exaltando el valor de la fe que se concreta en hacer lo que Dios nos pide para vivir libres y felices. Pensar que la felicidad es algo que se encuentra o se quiere alcanzar, de entrada ya estaríamos buscando la felicidad en el lugar equivocado. No hay un camino a la felicidad, la felicidad, la dicha es el camino. Algunos piensan que para ser felices hay que tener dinero, tener un poder, alcanzar un prestigio buscando la aprobación de los demás. Esto en exceso llevará sin lugar a dudas más a la infelicidad. Otros entre tanto, creen que la felicidad se logra cuando culminamos un estudio y recibimos un cartón profesional, cuando nos casamos, cuando tenemos hijos y después del esfuerzo de formarlos y educarlos hay que dejarlos partir. Otros piensan que la felicidad está en viajar, en aprovechar las primaveras, los otoños y los inviernos. Sin embargo, la felicidad no es una meta, es el camino que nos vamos labrando en un estilo de vida perseverante al ritmo de una existencia siempre nueva y progresiva que provoca alegría y satisfacción de caminar, de avanzar y de continuar creciendo hacia nuevas metas y nuevos horizontes que impregnan de esperanza y de verdadero sentido nuestra vida y también la de los demás hoy. La felicidad es un trayecto en el que exploramos y descubrimos que la felicidad no depende de situaciones ni circunstancias. Podemos estar al borde del abismo, pero seguimos alegres y con ganas de bailar como nunca lo habíamos hecho, aunque esto no impide que sintamos emociones negativas que también pueden convertirse en una oportunidad de aprendizaje. La felicidad no es un destino o una estación a la que debemos llegar. La felicidad está en el creer en nosotros mismos, en descubrir con humildad las capacidades que Dios nos ha dado para actuar de cierto modo y para traducir esas decisiones en hábitos de vida puestos al servicio y en beneficio también de los demás. Por tanto, la felicidad consiste en hacer que las cosas sucedan y mejoren de un modo constructivo, descentrándonos de nosotros mismos para comenzar a construir un camino de libertad donde otros también sean libres y felices. El arte de ser felices no es para vivir felices de vez en cuando, sino para ser felices siempre con los pies bien puestos y firmes en tierra, aumentando expectativas que impactan y aumentan el nivel de bienestar para todos.

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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