RECUPERAR LO QUE ES ESENCIAL Lc 10, 38-42
RECUPERAR LO QUE ES ESENCIAL
Lc 10, 38-42
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿Nos hemos dejado llevar en nuestra experiencia de vida más por la ansiedad ante las múltiples ocupaciones y actividades, descuidando lo que es esencial y prioritario? A la luz de la Palabra de Dios, dos mujeres y hermanas, Marta y María invitan a Jesús a su casa. La primera servidora de la mesa, se sienta atareada y afanada. La segunda no descuida la prioridad que hay que dar a la Palabra de Dios y a su escucha. Cuando tenemos o recibimos una visita en la casa podemos reaccionar de un modo diferente. Algunos se preocupan por atender a la persona, entonces deciden dejarlo en la sala mientras pasamos a la cocina para preparar algún aperitivo o alimento. Otros entre tanto optan por sentarse a escuchar la experiencia de vida de quienes llegan y alegran con su amistad. Dos actitudes que en sí mismas son importantes y también complementarias porque si bien se muestra en la primera una actitud laboriosa y de servicio, también es necesario ocuparse de lo que es esencial de un modo cercano. De esta manera, son dos estilos de servicio, de disponibilidad y de atención hacia los demás, pero también son dos estilos que tienen su riesgo. Por una parte, prestar una ayuda, o una atención de una forma desmedida sin encontrar lo que es esencial puede ocasionar un estilo meramente activista que en consecuencia experimenta el estrés, la amargura y la angustia porque los otros no hacen como yo estoy haciendo o porque se hacen la idea que lo más importante es hacer, descuidando el tiempo para sentarnos a escuchar, para estar cercanos a los otros. El otro estilo tiene también su riesgo porque puede estar centrado tanto en la atención del otro que descuida y abandona la realidad, las situaciones y circunstancias que están sucediendo a su alrededor. Esto puede también sofocar e impedir actuar de un modo responsable y libre. Por tanto, rescatar lo esencial no sólo está en dirección de hacer, de crear solamente actividades, de trabajar y trabajar, también está en dirección a escuchar y a compartir, a estar cercano con los demás, para conocer su realidad y para disponernos y desbordarnos en atenciones que contribuyan al crecimiento integral de los demás con el dinamismo de servir mejor de lo que ya lo hemos hecho.
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