LIBRES PARA VENCER EL MAL Lc 11, 15-26
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
LIBRES PARA VENCER EL MAL
Lc 11, 15-26
¿Qué estamos haciendo en nuestra experiencia de vida para que el mal no domine? A la luz de la Palabra de Dios, la expulsión de un demonio mudo que Jesús acaba de realizar ante la gente causa distintas reacciones. Algunos aplauden y se asombran. Otros se ven desconcertados e incluso descalifican por hacer el bien. Parece que hacer un bien no genera tanto asombro como sí lo genera las acciones inadecuadas que producen mal. Más aún quien hace un bien es considerado alguien extraño y, aunque algunos se dejan asombrar y se alegran, otros sienten decepción porque temen perder su poder, su prestigio y, en consecuencia reaccionan buscando cualquier argumento, difaman y mienten, disfrazan situaciones para opacar, descalificar y perseguir a quien con sus actitudes y acciones quiere vencer el mal haciendo un bien. Actúan como obstáculo para impedir que los demás avancen. Ciertamente para vivir de un modo libre y feliz es necesario vencer y superar aquellas fuerzas y esclavitudes que nos pueden dominar y que nos impiden crecer para abrirnos a una nueva vida, como lo es la mentira, el ego y la inferioridad. Nuestro interior es un campo de batalla en el que tendremos que decidir ¿de qué lado estamos y a cuál vamos alimentar más? Pues, la victoria o el fracaso sobre el mal es efecto de la decisión que tomamos de cuál más fortalecemos. Por eso, como personas libres con la capacidad de vencer el mal es necesario seguir algunas estrategias: 1. Estar siempre vigilantes. No hay que confiarse porque a pesar de haber tomado la decisión de hacer el bien, de crecer, de avanzar y de ser libres pueden surgir recaídas o situaciones que querrán poner obstáculos al crecimiento integral, ocasionando retrocesos o estancamientos en los procesos que hemos emprendido. Evitemos relativizar. Es mejor vigilar, estar siempre atentos y despiertos con la mirada puesta en lo que es más esencial. 2. Construyamos fidelidad, renovando y aprendiendo. Habrá algunas cosas inevitables que buscarán impedir que nos desviemos de las metas, sin embargo, cuando renovamos y aprendemos nuevas cosas que complemente nuestros procesos nos facilitará caminar hacia adelante con fidelidad, dando frutos abundantes, mejorando lo que hacemos y también nos hace más colaborativos, optando por hacer el bien con responsabilidad. 3. Usar la perseverancia. Mantenerse en la raya, en el campo del bien, sin abandonar, desarrollando esfuerzo, constancia, y sobre todo ganas de conseguir algo mejor en nosotros, realizando aportes constructivos generan libertad y alegría para los demás. Por tanto, el mal que esclaviza se derrota a fuerza de bien, que libera impulsando a soñar y a vivir.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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