VIVIR IMPLICA VIVIR Mt 9, 14-17

VIVIR IMPLICA VIVIR

Mt 9, 14-17

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Estás satisfecho con la manera que vives y experimentas tu vida? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús responde a los fariseos y a los discípulos de Juan Bautista sobre la pregunta ¿por qué éstos ayunan tantas veces, mientras que los discípulos de Jesús no lo practican? Algunas personas les parece relevante mantenerse mejor en los conocimientos, costumbres y en las prácticas ya conocidas que optar por abrirse a nuevas experiencias de vida y de relación, aunque esto implique obtener los mismos resultados, impidiendo avanzar y crecer en todo sentido de su vida. Sin embargo, el problema no está en practicar lo conocido, sino en quedarse haciendo lo mismo queriendo e insistiendo que otros también lo hagan, cayendo en una rutina que cierra las posibilidades a encontrar el sabor a lo que se práctica. Es como si la vida se convirtiera en un verdadero luto en el que hay ausencia de color, de alegría y de libertad, de encontrarse con otros modos de actuar, de pensar y de leer la vida sin que esto implique destruir lo que se ha hecho. Por supuesto que para algunas personas que leen la vida con las costumbres del pasado les parecerá escandaloso toda novedad porque no encaja con su tradición. Usan frases como es mejor lo conocido que por conocer. Esto es un canto al pesimismo, a la resignación, a permanecer haciendo algo aunque no nos guste, nos estanque o nos haga infelices. Y, es que resignarse es asumir un papel de víctima, es sacudir y poner a un lado la responsabilidad del bienestar constructivo. Esto paraliza, nos hace perder el dinamismo, la vitalidad de nuestra vida. Nos quita el impulso, la energía para darnos cuenta de lo que es necesario para actuar de una mejor manera. Escudarse en que "las cosas son así", o en el peor de los asuntos: "es que yo soy así", sólo es una excusa que nos sirve para jugar a ser víctima y no pasar a la acción. Pretender renovar la vida y las relaciones con los demás practicando costumbres antiguas sólo causará que se corra el peligro de comprometer y echar a perder la importancia que significa darle sentido y novedad a lo antiguo. No sé trata de estar en contra de lo viejo, sino de que lo viejo no se imponga en lo nuevo, como si fuera un parche porque se corre el peligro de perder los dos. No es posible releer la vida y las situaciones que suceden hoy con la mentalidad de hace 50 años. Nuestra vida no se sostiene con parches. Requiere que día a día nos renovemos con valentía creyendo en nuestras capacidades, en la posibilidad de mejorar lo que ya somos, dando sentido a lo que hacemos y practicamos, desde lo que hay en nuestro interior para que lo caduco no se pegue en las actitudes y en las acciones que solemos crear en nuestras relaciones personales. ¡Vivir implica vivir! ¿Te arriesgarías?

Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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