LIBRES DE PREJUICIOS Mt 8, 5-17
LIBRES DE PREJUICIOS
Mt 8, 5-17
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿En tu experiencia de vida y de relación con las demás personas emites prejuicios antes de conocerlas? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús se muestra como un servidor para todos, superando todo prejuicio que impide la libertad y la vida. Estamos en una sociedad llena de estereotipos, de crear prejuicios sobre las personas impidiendo por una parte darnos la oportunidad de acercarnos, de entrar en contacto y de conocerla, pero por otra de aprender, crecer, servir y comprender a los demás, limitando de esta manera nuestro círculo de amistad, de relación fraterna y de bienestar comunitario. Algunas personas suponen quedarse mejor en relacionarse con los que solamente le dan paz, seguridad, que piensan, hablan y actúan como ellos, despreciando y excluyendo a los demás por sus diferentes condiciones personales, familiares y sociales. Actitudes que forman prejuicios impidiendo desarrollar la libertad, la confianza, la vida y la posibilidad de encontrarse con un mundo nuevo en el contacto con otras personas. Pero, enfocarse para ser libres de prejuicios alivia y da salud a nuestra vida y a las distintas relaciones que creamos con los demás porque estaremos en función, no de juzgar, de rechazar sino de colaborar para contribuir a su crecimiento, a su servicio y a su realización como persona, logrando avanzar, pero también creando en nuestro camino de vida, en nuestra casa herramientas, puentes que acercan a unos y a otros, superando las distancias que nos alejan y que no nos permiten hablar e intercambiar lo que somos y lo que tenemos, fortaleciendo lazos de familiaridad. Por eso, es importante, que antes de catalogar, señalar o levantar un prejuicio hacia otra persona se tome tiempo para conocerla, para saber qué hace, qué piensa, dándole la oportunidad de actuar y desenvolverse de una manera auténtica, que muchas veces llega a sorprender. Otro aspecto sería evitar las palabras que destruyen y hacen daño emocional. Es mejor pensar del otro, lo bueno para que de este modo aceptemos las diferencias, y no caigamos en la trampa de juzgarlos. Recordar que nadie es mejor que el otro nos capacita para levantarnos y servir sin condiciones o limitaciones provocando que la calidad de nuestra vida sea más saludable y amable para todos.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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