SER ROCAS VIVAS Mt 7, 21-29


SER ROCAS VIVAS
Mt 7, 21-29

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO
¿Qué crees que es posible aportar y mejorar desde tu experiencia de vida para hacer de tu casa un lugar seguro y acogedor para todos? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús enseña en el monte de las Buenas Noticias pasar del oír a las acciones para permanecer siempre firmes como casa construida sobre la roca. Algunas personas tratan de buscar su seguridad en sus talentos, en sus habilidades o en la práctica estricta de sus leyes y en su forma de pensar autoritaria, logrando crear un piso jabonoso al interior de su casa y en sus distintas relaciones personales. Una actitud que no ofrece firmeza y solidez para avanzar y crecer. Algunos padres de familia, por ejemplo realizan muchas cosas por sus hijos, pero están ausentes de sus hijos, les cuesta realizar sacrificios significativos que eviten que aquellos que están en casa busquen seguridad en otros lados o en otras personas. Otros, entre tanto, quieren ser amigos de sus hijos, volviéndose alcahuetes porque no se le da el lugar y la responsabilidad a cada uno en su hogar ni tampoco le ayuda a ordenar su vida. La verdadera seguridad de la casa o del ámbito comunitario no está en el reconocimiento, ni en la búsqueda de prestigio ni en las rejas que instalemos ni tampoco en seguir solamente normas, está en ser roca fuerte, piso firme con principios y valores que liberan que dan soporte para asumir y afrontar la vida con responsabilidad junto aquellos que hacen parte de nuestra familia, que hacen parte del lugar donde laboramos o participamos en comunidad. Dar piso firme nos permite crecer y superar con fortaleza obstáculos, dificultades, creando así lazos de amistad, de fraternidad y de servicio. Ser rocas fuertes y vivas es un estilo de vida que nos involucra a todos, que nos compromete de forma activa en la ayuda y en el apoyo al crecimiento integral de los demás porque sostiene en los momentos adversos con humildad y acompaña, celebra en el servicio y en el alcance de las metas con generosidad. Por eso, optar por aportar con nuestras actitudes y acciones para construir ambientes cálidos y confortables, más allá de edificar un techo para escampar o para sentirnos tranquilos, es crear espacios donde las relaciones sean más saludables, solidarias y sólidas; donde se escuche y se anime, se dedique tiempo y se corrija activamente sin caer en la trampa de juzgar; donde acompañemos a organizar y proyectar la vida de quienes acogernos y convivimos sin pretensión de dominio, dando seguridad y confianza para superar lo superficial y progresar para ser mejor de lo que ya somos como personas. Ser roca firme es tener entonces una actitud solidaria para desarrollar capacidades con responsabilidad trayendo bienestar personal y familiar. Esto no cuesta mucho, pero sí nos compromete con nosotros mismos, con los demás y con la construcción constante de nuestra vida.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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