INCLUIR PARA SERVIR Mt 8, 1-4
INCLUIR PARA SERVIR
Mt 8, 1-4
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿En nuestra experiencia de vida hemos excluido a algunas personas por su aspecto o por su condición física, cultural y social? A la luz de la Palabra de Dios, Un leproso se acerca a la persona de Jesús para que lo cure. Algunas personas quieren conseguir muchas cosas para su vida, pero las condiciones físicas, emocionales, sociales y laborales parece que no le favorecen porque se excluyen, se sienten marginadas y aisladas de los demás. Otros, entre tanto pueden lograr con su vida hacer muchas cosas que le favorezca a su realización personal y también a la de los demás, pero no quieren porque puede más su orgullo, la búsqueda de prestigio, de riqueza, de estatus y de poder. Estas actitudes no son recomendables porque excluye, desprecia y aísla a las otras personas y así mismo. Sin embargo, cuando nos acercamos y entramos en contacto con otras personas sin miedo y sin interesar su condición es como si le dijéramos, para mí, tú no eres un excluido, eres también alguien importante con habilidades y potenciales, distintos a los míos, pero con la oportunidad de enriquecer los lazos de amistad y de relación personal y comunitaria. Esto nos une y nos da oportunidad para levantar y para promover a otros a ser mejores personas de lo que ya son y han logrado ser. Cuando nos enfocamos en incluir para servir, rompemos con la rigurosidad, los límites que establecemos muchas veces a través de una norma, saliendo de lo que nos acomoda para ayudar y acompañar a otros en su camino de crecimiento integral, logrando avanzar, superando ideas o etiquetas superficiales que nos hacemos de las otras personas, descubriendo que hay algo más grande en ellas, a lo que podemos acceder, aprender y crecer para desarrollar y fortalecer mejores relaciones donde todos podemos participar y contribuir desde nuestras posibilidades y oportunidades para realizarnos como personas valiosas y con dignidad. Por supuesto, que en estas acciones se hace necesario desarrollar la capacidad de ser audaces, humildes y valientes, comprendiendo que la diversidad es lo que nos une y nos permite convivir de una manera saludable y fraterna en el amor de Dios- Padre.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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