CUIDAR LO QUE SE DICE Mt 5, 33-37

CUIDAR LO QUE SE DICE
Mt 5, 33-37
Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Cómo estamos siendo responsables de lo que decimos o expresamos en nuestras distintas relaciones personales? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús en el monte enseña a tener un lenguaje claro, haciéndonos cargo de nuestras palabras actuando con coherencia. En un tiempo el valor de la palabra marcaba la diferencia porque era comparada a un contrato o a un acta notarial. Tenía tanta credibilidad que definía la identidad. Sin embargo, hoy la causa de muchos problemas en distintas relaciones humanas es el manejo inadecuado de las palabras, de las promesas que usamos provocando que se pierda la credibilidad, la confianza, la autoridad. Juzgar no define la identidad de los otros nos define así mismos. No cumplir con la palabra dada es un acto de violencia, de agresión, de burla que afecta los procesos, los distintos ambientes humanos, generando relaciones inestables, distanciadas, cargadas de desconfianza que a la postre impide perseverar, crecer, avanzar, progresar en el camino hacia las metas y al compromiso por desarrollar y alcanzar nuevas cumbres. Cuidar las palabras, usando un lenguaje claro, sin ambigüedades o apariencias, sin dobleces o intereses ocultos no solo definirá nuestra identidad, sino que dará seguridad, confianza en todas las personas que nos rodean. Hacernos responsables de las palabras que decimos, ayudará a resolver problemas pequeños con inteligencia, evitando que lleguen a ser incontrolables, pero también nos facilitará que las acciones que desarrollemos sean las más adecuadas para el bienestar de todos. Los efectos de los problemas son el resultado de las decisiones y de las palabras que pronunciamos.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es


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