USAR LA ASTUCIA PARA PERMANECER FIEL Y ALCANZAR NUEVOS PROPÓSITOS Lc 16, 1-13
USAR LA ASTUCIA PARA PERMANECER FIEL Y ALCANZAR NUEVOS PROPÓSITOS
Lc 16, 1-13
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Luis Fernando Castro Parra Teólogo |
Llegar a alcanzar grandes objetivos, sueños y metas es una característica relevante en nuestra existencia humana, sin embargo, esto puede quedar en una idea que se llevará el viento por no saber proyectar y usar las herramientas adecuadas como las opciones, las estrategias y la astucia. Es posible que a todos nos hace falta usar en nuestros proyectos de vida una amplia dosis de astucia, no para engañar ni hacer trampas o crear ambientes de amenaza, si para darle un nuevo colorido a nuestro estilo de vida. La astucia es la herramienta para defendernos mejor en nuestra vida, administrando los recursos con los que contamos, sin caer en la corrupción, saliendo airosos antes las oportunidades que se nos presentan, logrando emprender para alcanzar nuevos propósitos, junto con personas que sepan trabajar en equipo y quieran con esfuerzo, responsabilidad, perseverancia y dedicación, desarrollar propuestas que alcancen grandes cumbres, donde todos podamos crecer y beneficiarnos. A la luz de la Palabra de Dios Jesús nos enseña unas actitudes para ser buenos administradores con la capacidad de emprender y alcanzar grandes propósitos, escogiendo los caminos más correctos que nos conduzcan a nuestra realización personal y a nuestra construcción solidaria y generosa en favor de los demás. Veamos:
1. Promover para crecer (vv. 1-8): Saber qué hacer con lo que tenemos a nuestro alcance, sin interesar la situación o la circunstancia es el comienzo de alcanzar grandes propósitos... ¿Qué haré? (vv. 3). En la parábola del "administrador astuto" se narra una historia de un "ecónomo" que ante su incompetencia por no saber producir los bienes de su jefe, corriendo el riesgo de ser despedido y perdiendo su nivel de vida, discierne de manera razonable y astuta para asegurarse una vida estable ante la posibilidad del desempleo. Muchas veces nuestro estilo de vida lo decoramos de seguridades que nos impiden ver situaciones inesperadas, cargadas de emergencia, pero que al presentarse de forma contundente nos impulsan a tomar nuevas decisiones y a plantear nuevas estrategias en el que nos podemos dar cuenta de lo que somos y de hallar nuevas y sorprendentes capacidades que antes tal vez no habíamos descubierto. Aquel administrador usando sus capacidades de "ecónomo" plantea la estrategia de ayudar a los deudores de su patrón, sirviéndoles de la mejor manera, con el fin de que al momento que fuera removido de su cargo, no cayera en la desgracia, sino que fuera acogido por los demás. Esta actitud estratégica recibió el aplauso y la felicitación de su patrón, no tanto por la injusticia, como sí por su proceder astuto, ya que supo sacar provecho del tiempo y de las capacidades, carismas que él tenía. De esta manera, la primera enseñanza de Jesús a sus discípulos es usar el tiempo y las capacidades personales para ponerlas en favor de los demás, venciendo la pereza mental, la indiferencia, el egoísmo, la mediocridad y el miedo que sólo conducen al fracaso, a la frustración de no poder alcanzar los sueños y los propósitos establecidos en nuestro interior. Promover a otros es un modo para garantizar aprendizaje y crecimiento, pues si los hijos de la oscuridad lo hacen para lograr sus objetivos, cuánto más los hijos de la luz pueden usar la astucia para promover, ayudar y colaborar con los sueños y la metas de otros sabiendo usar lo que tenemos espiritual y materialmente. Una disposición que mostrará que en los momentos de dificultad nunca nos veremos solos, estaremos rodeados de personas dispuestas al servicio, actuando con disciplina y entrega, siempre nos respaldarán y nos animarán para no abandonar y continuar hacia adelante, enfocados hacia el cumplimiento de nuestras metas.
2. Mantenerse fiel a sus metas (vv. 9-12): Para asumir la tarea de promover para crecer es importante y fundamental ser competente en dicha labor, pero también ser fiel aun en los pequeños compromisos, pues son en ellos como se gana la confianza para lograr emprender tareas de mayor envergadura. Una persona que ha establecido un plan estratégico para el crecimiento en su estilo de vida, su actitud siguiente debe ser mantenerse fiel, firme y perseverante para lograr llegar a ver cumplidas sus metas. Jesús dirá a sus discípulos que quien es fiel en lo mínimo, también lo es en lo mucho (vv. 10). La fidelidad no sólo implica ser fiel y responsable a nuestras metas y sueños, (vv. 11-12) también a la sabiduría, al proyecto maravilloso de Dios. Pero, si enfocamos todos nuestros esfuerzos, sacrificios en nuestro trabajo o en el dinero como prioridad, los resultados no serán muy favorables porque aprenderemos a depender de este elemento hasta el punto que si llegara el momento de no tenerlo seríamos presa fácil de abandono de nuestro proyectos y de nuestras metas, floreciendo las quejas y la búsqueda constante de culpables que nos pondría solo un velo oscuro, impidiéndonos ver más allá de nuestras posibilidades y limitaciones, conduciéndonos al fracaso, a la indecisión, al miedo y a la frustración. Para alcanzar grandes propósitos en nuestro estilo de vida es relevante que desarrollemos con eficacia la fidelidad, la firmeza, la perseverancia hacia las metas y sueños, pero sin desconocer la fidelidad a Dios, sin perder la mirada en su proyecto. En esto consiste usar la astucia de manera adecuada. El dinero entonces será un elemento que usaremos de forma responsable para proyectar nuevas etapas, nuevos tiempos (vv. 11b), fundamentados en estrategias y decisiones que nos ayuden a colaborar con generosidad y solidaridad en el mejoramiento de la calidad de vida de todos, donde no sólo promovamos a otras personas, también podamos ver cumplidos nuestras metas y sueños emprendidos. ¡Tú decides!
3. Emprender sin perder la mirada en Dios (vv. 13): La indecisión nos impide crecer y emprender caminos nuevos hacia nuevos propósitos, nos desanima y nos lleva muchas veces a abandonar. Nos hace perder posibilidades y oportunidades en nuestro estilo de vida por preferir quedarnos instalados en nuestra zona de confort. Servir a dos señores es un dilema que nos hace más compleja la vida, pues como dirá Jesús...aborreceremos a uno por amar al otro...o se entregará a uno y despreciará al otro...Por eso, no se puede emprender un proyecto de vida sin tener de nuestro lado y en nuestra mirada constante y permanente a Dios. Es importante que en nuestras decisiones, propuestas y sueños esté el gran socio de la vida, Dios. Saber contar con él nos permitirá tener claridad para avanzar y crecer hacia nuestros propósitos, superando la indecisión, los miedos y los temores ante las posibles situaciones y circunstancias que se nos llegan a presentar. Pero, hay algo más cuando nos asociamos y nos dejamos iluminar por el Buen Dios garantizamos el buen término de nuestros esfuerzos, sacrificios y perseverancia, contribuyendo a servir con generosidad y solidaridad, colaborando y promoviendo a que los demás también crezcan y sean posibilidad de vida para que también otros lleguen a cumplir sus metas y sueños. ¡Sólo tú decides cuál es tu mejor socio!
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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