CLAVES PARA EMPRENDER UN NUEVO PROYECTO
Lc 9, 1-6

Muchas personas quieren emprender y desarrollar su proyecto de vida, mostrando sus intereses y logros, pero se encuentran muy a menudo con los desafíos, incertidumbres y retos que implica alcanzar la meta del proyecto emprendido. Esto pareciera que es un caso de misión imposible. Sin embargo, cuando se tienen claros los objetivos, las instrucciones y las recomendaciones para desarrollar el proyecto los resultados son muy favorables. A la luz de la Palabra de Dios, Jesús, como buen líder nos enseña algunas claves para emprender y desarrollar con eficacia un nuevo proyecto de vida en el que podamos servir e invertir esfuerzo, dedicación, constancia, logrando mejorar y transformar nuestra calidad de vida. Veamos:

1. Convocar para enviar (vv. 1-2): Asociarse con personas disciplinadas, perseverantes y formadas puede garantizar que los proyectos que se emprenden lleguen a buen término. Sin embargo, llega a crear un "dolor de cabeza" cuando no se fijan con claridad las pautas para formar el trabajo en equipo o no se conoce la actividad que se va a desarrollar. Jesús, como buen formador y estratega convoca a los Doce, es decir personas cons disposición e iniciativa con ganas de crecer, buscando el beneficio de todos para darles las herramientas y así, desarrollar con eficacia el proyecto. En primer lugar les delega su autoridad y su poder para transformar realidades y situaciones humanas (v. 1a), esto nos da entender que tenemos la autoridad y el poder de Dios para alcanzar grandes metas, construyendo en nuestro estilo de vida escenarios más emprendedores que impulsen y renueven nuestra calidad de existencia familiar y social. Pero, tener la autoridad y el poder de Dios nos permite saber que no estamos solos para desarrollar todas las gracias y regalos que él nos ha dado para ponerlos al servicio de los demás; también que contamos con la ayuda de Dios para consultarle y tomar buenas decisiones. En segundo lugar describe a sus discípulos hacia dónde apunta el desarrollo del nuevo proyecto: proclamar el reino de Dios y curar a los enfermos (vv. 2). Esto significa estar enfocado para no desviarse del objetivo o de la meta. Tener la autoridad el poder de Dios, no está para guardarla y sentirnos bien, sino para ayudar a superar los obstáculos, las enfermedades que impiden que el ser humano crezca y avance hacia sus sueños y sus metas. Saber convocar para enviar es importante al momento de emprender y desarrollar un proyecto de vida, pues nos ayuda a tener claro el propósito de la misión, saber a dónde se quiere llegar y a qué se ha venido aportar para dedicarle tiempo, espacio, esfuerzo, disciplina, sacrificio y perseverancia. Ninguna persona quiere emprender un proyecto de vida donde se sienta insatisfecho o aburrido, por el contrario, dedica tiempo, desborda pasión por lo que quiere lograr alcanzar, contribuyendo a mejorar la calidad de vida de los demás.

2. Trazar un plan definiendo estrategias y metas (vv. 3-5): Elaborar un plan con sus estrategias y metas a alcanzar es importante al momento de emprender un proyecto porque permite conocer las fortalezas (vv. 4) y  las oportunidades, las renuncias y las recomendaciones, las instrucciones y las posibles debilidades o fracasos (vv. 5) que surgen en el desarrollo del proyecto que se ha emprendido. Jesús recomienda que para el buen desarrollo de la misión es importante salir de la zona de confort, de aquello que es cómodo y seguro para nosotros (vv. 3), dejando como huella el sacrificio, el esfuerzo y la dedicación. Cuanto más libres y disponibles estemos, mejores resultados obtendremos  en cada actividad que proyectemos. Tener, entonces, en un proyecto de vida un plan definido nos permitirá que las labores específicas se cumplan. Más aún cuando se crea comunidad o un trabajo en equipo este planteamiento estratégico será una buena herramienta para desarrollar con eficacia el proyecto, aportando lo mejor de cada uno y, en complemento al servicio de los demás, permitiendo la disponibilidad, el orden y el direccionamiento hacia el cumplimiento de la meta, superando las crisis y los fracasos, obteniendo mejores resultados.

3. Actuar con Eficacia (vv. 6): El desarrollo del proyecto tendrá buenos resultados cuando se actúa de acuerdo a lo que se ha trazado en el plan. Lucas nos informa que los Doce, aquellos que habían sido convocados para desarrollar una misión, actuaron siguiendo las recomendaciones e instrucciones de Jesús: saliendo, pues, recorrían los pueblos, anunciando la buena noticia y curando en todas partes. Actuar con eficacia es garantizar y facilitar que los resultados sean más óptimos en consonancia con las metas propuestas en el plan, produciendo un efecto esperado, transformador para todos los que desarrollaron el proyecto, como para quienes lo han recibido y acogido como herramienta para su crecimiento integral.
Luis Fernando Castro Parra. Teólogo- Magister en Familia

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