DECIDIR CON LIBERTAD AFECTA LA VIDA Lc 9, 51-56
DECIDIR CON LIBERTAD AFECTA LA VIDA
Lc 9, 51-56
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
Saber cerrar y abrir etapas en nuestra vida nos ayuda a crecer y avanzar hacia nuevos sueños y mejores metas que nos aportan elementos importantes para continuar en el camino de mejorar nuestra calidad de vida, hallando sentido y valor a nuestra existencia, proclamando que es posible o existe la oportunidad para volver a comenzar, saliendo de la zona de confort, consiguiendo nuevos resultados. Sin embargo, abrir una nueva página a nuestra vida conlleva dar un giro de toma de decisiones, las cuales no pueden ser tratadas a la ligera, sino con un buen discernimiento que conduzca a establecer una visión clara de nuestras metas (vv. 51) vigorizando nuestra vida y también la de los demás. A la luz de la Palabra de Dios Jesús nos propone algunas estrategias para decidir con libertad, superando las dificultades y fracasos, manteniéndonos enfocados en el camino hacia nuestras metas. Veamos:
1. Afirmarse en las Decisiones (vv.51): Tomar decisiones fuertes en nuestra vida personal, familiar y social implica también asumir consecuencias importantes con responsabilidad, obteniendo un mayor progreso y crecimiento integral. Nosotros tenemos la capacidad de decidir, y ésto es producto de nuestra libertad. Sin embargo, toda decisión que tomemos o dejemos de tomar contiene en sí consecuencias y responsabilidades que debemos asumir. La responsabilidad es un valor de nuestra libertad que denota tomar decisiones libres y congruentes que comprometan nuestras acciones, logrando beneficiar nuestra vida y también la de otros. Jesús se afirmó en su voluntad (endureció el rostro) de ir a Jerusalén, avanzando con decisión hacia su destino. Pero, es posible que algunos prefieran mantenerse en sus ideas y seguridades porque se sienten bien en lo que hacen, esto es una decisión que lejos de alentar y dar la oportunidad a nuevos cambios, probablemente nos hacen cautivos de continuar ejerciendo modelos caducos, con consecuencias en la mayoría de veces nefastas porque nos estancan, impidiéndonos conseguir mejores y mayores resultados. Tomar decisiones requiere pensar y discernir con responsabilidad. Es plausible, que por ello, sea algo que nos cuesta, haciéndonos pasar de protagonistas a ser meros espectadores a merced de las situaciones y circunstancias de otros. Decidir con libertad afecta la vida. Afirmarse en las decisiones es comprometerse con los procesos y la etapas de la vida que nos mueve y nos impulsa hacia nuevas y mejores metas, donde podamos aportar y contribuir a la ayuda de otros, mejorando así, nuestra calidad de vida humana.
2. Superar los fracasos (vv. 52-55): Es importante saber que las decisiones que tomemos para emprender un proyecto de vida, implica también dificultades, problemas, rechazos, inconformidades y fracasos. Jesús ha decidido ir hacia Jerusalén y se arriesga pasar por la ruta de un pueblo, que en su momento es considerado enemigo (Samaría), y aunque ofrece una mano amiga, se le niega la hospitalidad. Esta actitud hace que algunos de sus discípulos reaccionen con violencia: Señor, ¿quieres que digamos que baje fuego del cielo y los consuma? (vv. 54). ¿Será que esta es la mejor manera de actuar frente a los fracasos y dificultades que se nos presentan en nuestro proyecto de vida? Tener un buen manejo de nuestras emociones es el comienzo para aprender a superar los fracasos, evitando caer en el efecto de buscar culpables, actuando con crueldad, o en otras tomar decisiones que nos distraen del camino hacia nuestros objetivos. Las situaciones adversas que nos suceden en nuestra vida son un oportunidad para aprender, revisar y crecer, dando solución a nuevas opciones de vida que nos ayudan y nos dan nuevas fuerzas para llegar a nuestras metas y propósitos, ya establecidos. Superar los fracasos nos dan la oportunidad para continuar avanzando y creciendo integralmente, con nuevas herramientas y elementos importantes que seguramente alimentan el proceso hacia lo que queremos alcanzar, sacando lo mejor de nosotros para ser canales que generan procesos nuevos en nuestro estilo de vida.
3. Mantenerse enfocado en las metas (vv. 56): Se dice que para llegar a las metas los caminos son variados y alternativos. No existe solamente una opción. Cuando hemos decidido establecer unas metas, ellas nos ayudan a enfocarnos en nuestros esfuerzos y progresos, impidiendo que caigamos en la amargura o en el abandono. Jesús ante el inminente rechazo de Samaría y la pretensión violenta de algunos de sus discípulos, continúa su camino con la frente alta: ...Y se fueron a otro pueblo...(vv. 56). Mantenernos enfocados en nuestras metas con la ayuda de Dios, aun cuando éstas sean pequeñas, aprenderemos a pasar por los tragos amargos y complejos que se nos presentarán en nuestros procesos de vida, afrontando con altura las situaciones y circunstancias adversas, logrando grandes y mejores resultados que nos afectará la vida, pero que nos dará la satisfacción de aportar para mejorar y crecer en nuestras relaciones humanas, contribuyendo a que otros también aprendan a afirmarse en sus decisiones y alcancen sus sueños y sus metas, dando un nuevo sentido de construcción a nuestra calidad de vida familiar y social.
Luis Fernando Castro Parra. Teólogo. Magister en Familia
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