EL HOY, UN TIEMPO PARA AVANZAR Lc 21, 29-33
EL HOY, UN TIEMPO PARA AVANZAR
Lc 21, 29-33
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿Cómo estamos leyendo en nuestra experiencia de vida los signos de los tiempos, los signos que nos dicen qué es lo importante y qué es lo superficial? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús cuenta la parábola de la higuera para insistir en poner atención a los señales de los tiempos y a la esperanza de un Reino que expulsa el miedo. Los pronósticos del tiempo, del clima, de la bolsa de valores parece que nos interesa mucho. Estamos muy alertas, pues de eso depende de lo que podemos ganar o perder. Queremos ser previsores. Queremos tener la seguridad de lo que sucederá, del paso que sigue para avanzar. Nos gusta saber todo con antelación para estar preparados. Algunas personas que trabajan en el campo saben cuándo va a llegar el verano porque comienzan a ver los brotes en los árboles, saben cuándo es tiempo de sembrar y cuándo se puede cosechar, recoger los frutos. Sin embargo, la rutina y afanes de nuestra vida convierte los días en monótonos. Despertamos, salimos de la cama, nos aseamos, hacemos las actividades que nos tocan, cenamos y volvemos al descanso. Así un día tras otro. Incapaces de aprovechar, disfrutar y mejorar nuestro presente. Parece que perdemos la capacidad de dejarnos sorprender y de descubrir en cada día nuevas experiencias que el presente nos puede aportar. Por esto, es necesario leer, discernir, evaluar y revisar las situaciones y eventos de nuestra vida, facilitando que podamos avanzar para que con firmeza y perseverancia demos frutos en abundancia. Es importante también aprender de las lecciones que nos han sucedido en el pasado para mirar con optimismo nuestro futuro y, así despertar el deseo de crecer y de construir, pero sin olvidarnos de vivir con intensidad nuestro hoy. Este es el único instante que tenemos más cerca para discernir y tomar decisiones, para construir y contribuir a un nuevo estilo de vida, para transformar realidades personales y avanzar hacia la meta que nos realiza y nos ayuda a avanzar. No podemos perder nuestro presente por estar mirando los errores del pasado, por lo que pudo haber sido y no fue o por estar haciendo caso a aquellos que con una actitud siempre negativa ven el vaso medio vacío. Se lamentan de todo, buscan culpables y se pasan su vida anunciando catástrofes a la vuelta de la esquina, despertando al miedo por lo que puede llegar más adelante, sin darse cuenta que si hemos dado lo mejor, lo que viene será todavía mejor y asombroso, pues será algo nuevo por aprender, para crecer y para continuar avanzando. Por tanto, el mejor camino para afrontar nuestro futuro es saber aprovechar y disfrutar lo que tenemos en nuestro presente, en nuestro hoy, valorando lo que es más esencial e importante, actuando con decisión y responsabilidad, sin perder ni dejar pasar el tiempo, el cual es un regalo de Dios de valor incalculable para desarrollar acciones que tocadas por su gracia, seguramente traerá mayores y mejores resultados, convirtiéndose en bendiciones que nos beneficiarán a todos. Disfrutemos del hoy con lo que es más importante, el amor, el servicio y la vida, pues el mañana será otro hoy que quizás nunca llegue.
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