ASUMIR UN NUEVO DINAMISMO DE VIDA Lc 19, 1-10
ASUMIR UN NUEVO DINAMISMO DE VIDA
Lc 19, 1-10
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
¿Qué estamos haciendo para provocar alguna transformación en nuestra experiencia de vida? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús caminando hacia Jerusalén se encuentra en Jericó con un jefe de publicanos, rico, de baja estatura, llamado Zaqueo que lleva en su corazón una inquietud, una curiosidad que puede desconcertar:.. ver a Jesús. Pero, a causa de la multitud y por su pequeñez física, aparentemente insuperable, Zaqueo decide subirse a un árbol para ver el paso de Jesús mostrando un gran interés por el Maestro. Muchas veces desarrollamos nuestras actividades profesionales con éxito y nos proponemos alcanzar metas y proponer nuevos planes de vida, buscando que nuestra existencia esté estable, activa, segura y tranquila, pero parece que hay algo que todavía no cuadra, como que no es suficiente las riquezas, hay algo que nos está faltando en nuestros quehaceres, algo que va más allá de nuestros esfuerzos, de nuestras labores y de nuestras posibilidades y limitaciones para ser libres y felices. Esto supone un deseo de conocer algo más para recibir algo más grande que dé color, sabor a nuestro quehacer, ya que nuestra vida se centra meramente en el trabajo, en desarrollar la profesión, olvidándonos de la realidad de sí mismos, de los otros y de la experiencia de Dios, que en efecto nos hace sentirnos solos. Cuántos son reconocidos e importantes para la sociedad, pero igualmente señalados por sus actividades cargadas de avaricia, de poder y de autosuficiencia. Es una vida llena de satisfacciones, pero también de discernimientos y decisiones equivocadas que conducen a crear ciertos vacíos que deben llenarse de algo nuevo. De ahí, que es necesario entrar en un nuevo dinamismo que dé frescura, aliento nuevo que facilite tomar la medicina adecuada para aplicarla en nuestro interior y, así tomar una nueva actitud que transforme nuestra realidad, que nos facilite tomar mejores decisiones y acciones que nos enriquezcan nuestra vida, pero también que ayude a avanzar en la realidad de otros. De esta manera, asumir un nuevo dinamismo en nuestra existencia es una tarea que rompe con las apariencias para conseguir no sólo crecer personalmente, sino abrir la oportunidad para compartir, de un modo libre la experiencia cercana y presente de Dios en el que las prioridades y los compromisos cambian, beneficiando el presente de todos, facilitando relaciones más libres y más sanas. Por tanto, asumir un dinamismo nuevo es aceptar y vivir una vida con sentido, que nos mueva a ir más allá de nuestras limitaciones, satisfacciones e intereses personales para contribuir y aportar a nuestra sociedad una mejor calidad de vida, en la que unidos podemos continuar avanzando y creciendo con objetivos claros, desarrollando con eficacia nuestros talentos, potencialidades y habilidades puestos al servicio y a la edificación y bendición de los demás.
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