¡NO ESTAMOS SOLOS! Jn 10, 1-10
¡NO ESTAMOS SOLOS!
Jn 10, 1-10
Estamos en una realidad que como personas, no podemos omitir, la de sentirnos acompañados, sentir que no estamos solos, que hay alguien que nos orienta y nos ayuda a abrir la puerta hacia una nueva vida, conduciéndonos hacia una nueva oportunidad para poder continuar avanzando, saliendo de nuestros propios encierros o aislamientos que a la postre solamente producen una carga que nos impide caminar en nuestros distintos procesos de vida, de una manera ligera. A la Luz de la Palabra de Dios, en Jesús tenemos el modelo de un verdadero pastor, una puerta por la que se accede a encontrar nuevos pastos de libertad y de estrecha relación para tener una vida en plenitud. Veamos:
1. Impedimentos para acceder por la puerta (vv. 1.6): En distintos contextos de nuestra vida y frente a las diversas situaciones por las que nos enfrentamos, cada vez más parece que cuesta realizar un camino hacia el interior cayendo en actos egoístas que conduce a situaciones de esclavitud y de imposición que obstaculizan el crecimiento integral de las personas. Jesús se dirige a las autoridades religiosas, quienes por su condición y estilo de vida son pastores ciegos (cf. Jn 9, 39-41) que creen conocer todo acerca de la experiencia de Dios, pero la autosuficiencia les impide cumplir adecuadamente con su oficio, abusando del pueblo y, en efecto contradicen la imagen y el plan de Dios (cf. Jn 3,18). No están dispuestos a cruzar la puerta, a dar el paso (vv. 6) ni mucho menos a descubrir una voz novedosa para encontrarse con una nuevo amanecer, una nueva luz porque buscan su propio beneficio, ejerciendo opresión y violencia...ladrón y salteador...(vv. 1). Las autoridades del templo someten al pueblo a su sistema provocando un estado de muerte. Quien tiene por criterio la autosuficiencia quiere acceder por la puerta con dominio, generando miedos que encierran la forma de pensar y de actuar de los demás. Sólo escucha su propia voz, cerrando la puerta al amor, a la libertad, a la vida, al verdadero servicio. El que no entra por la puerta, sino que escala por otro lado, es aquel que a escondidas, valiéndose de su puesto, de su autoridad, de sus privilegios roban la libertad y la vida de las personas que tienen a su cargo o que supuestamente estiman orientación. Actúan con malas intenciones (cf. Jn 3, 20) porque su prioridad son sus intereses personales y aunque buscan no ser reconocidos se convierten en extraños a los cuales no hay que reconocer ni prestar atención a sus enseñanzas u orientaciones porque su propuesta no trae bienestar integral. No les importa lo que piensen, lo que vivan o experimenten los demás. No proporcionan herramientas, no ponen la cara ni ofrecen caminos adecuados para que las personas avancen o crezcan en su vida, saliendo de lo que les encierra, les amarga o les impide mirar más allá de sus posibilidades y limitaciones. Quien se acerca y acompaña a las personas, al pueblo con una intención distinta a liberar, a proporcionar salidas y soluciones, a cruzar la puerta sólo podrá ser como ladrón y salteador del amor y de la vida.
2. ¡No estamos solos! (vv. 2-5.7-9): Quien acompaña no sólo se involucra a través de la seguridad y de la cercanía que proporciona, también está en todos los momentos y situaciones de la vida para acompañar en el paso, en el cruce de la puerta, logrando alcanzar mejores y mayores resultados que sean beneficio para sí mismo, pero también para las demás personas de su entorno. Acompañar lleva a amar, a abrir el camino hacia la vida, hacia la luz, hacia el crecimiento, a estar junto con el que acompaña en una misma dirección en una sintonía...las ovejas conocen la voz del pastor y éste conoce a las ovejas por su nombre...Es este momento que es posible afirmar que no estamos solos, que contamos con alguien que acompaña nuestros procesos que nos impulsa, nos anima para pasar la puerta hacia algo mejor. Un pastor, un líder es la persona que entra por la puerta para cuidar, para llamar a las ovejas y salir victoriosos. No es para dejarlas en el pasado o en sus propias situaciones de vida. Son personas que ofrecen herramientas, orientaciones, salidas (cf. Jn 3,21), que instan cruzar la puerta, que es grande y abierta (vv. 7) para que el acompañado vaya descubriendo soluciones a sus dificultades, a sus crisis y, así rompa los muros, las barreras que están impidiendo progresar, haciendo posible que quien esté en oscuridad escuche la voz adecuada (vv. 10, 5b) y responda con decisión frente a todo aquello que no está de acuerdo con su vida (vv. 9), poniéndose en camino hacia un nuevo amanecer sin ocaso, teniendo un nuevo rostro, un nombre, una dignidad, una vida constructiva y responsable (vv. 9b), donde sus tinieblas y sus muertes (cf. Jn 11, 43-44) ya no son su identidad, logrando así, gozar de los suyos y de una mejor calidad de vida. Este es un nuevo modo de relacionarse y hacer de las distintas relaciones espacios, ambientes más saludables y en crecimiento. Personas que a través de su servicio se disponen para que el pueblo, la familia, tenga vida.
3. Tener una vida en abundancia (vv. 10): Quien acompaña supone dedicación, amor, libertad, entrega. Es decir una vida que se ofrece en abundancia. La acción de Jesús contrapone a las acciones del ladrón que roba, mata y destruye. Éstas niegan la vida de las personas, pero la obra del Maestro no sólo ofrece un poquito sino da vida en abundancia. Todas las personas de alguna u otra manera, en las distintas instancias de su vida están en la capacidad de acompañar de ofrecer una vida en abundancia, una vida impregnada de amor, de libertad, a través de un abrazo, de una voz de aliento, de una palabra de ánimo, o con sólo el hecho de estar ahí para escuchar. Por supuesto, que habrá otros instantes con ciertas características que necesitan del uso del conocimiento y de la realización de un proceso conforme a la experiencia de vida de las personas para acompañarle en la tarea de clarificar sus metas, sin embargo, ofrecer abundancia de vida sin algún interés particular ayudará a que las personas a las que podamos servir desarrollen mejor su vida, sintiendo que el camino es más ligero, propicio para disfrutarlo y vivirlo con plenitud.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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