AMAR HASTA EL EXTREMO Jn 13, 1-15
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
AMAR HASTA EL EXTREMO
Jn 13, 1-15
Estamos en la celebración del jueves Santo. A la luz de la Palabra de Dios, encontramos el recorrido por Jesús en el último día con sus discípulos. Ha llegado la hora de la entrega, de manifestar el amor hasta el extremo. La hora después de varias cenas, ésta es la más importante, muestra el amor. Un amor que indica el sentido de la celebración alrededor de la mesa, de la gratitud y la manifestación del servicio. Notas que el tiempo cambia. Y cambia porque todo se mueve: la perspectiva de tu vida, lo que hay en tu mente y en tu corazón. Todo marca un nuevo ritmo. Lo importante ahora es saber en qué nivel de vida estás porque el amor y el servicio no comienza desde la cabeza, sino desde los pies. Si. El amor y el servicio empieza desde abajo. Eso cuesta, pero es más alentador, más saludable. Por supuesto, para algunos este gesto es un acto humillante, doloroso, pero para la escuela de Jesucristo es un servicio, es un Ministerio de vida que facilita la realización personal. Servir amando es el mejor altar, es el acto más grande que puedes hacerle a los demás. Cuando compartes tu mesa, tu vida, tus conocimientos, tu experiencia, grande o pequeña, desarrollas la grandeza de la humildad y la del amor. Servir hasta el extremo, es la práctica generosa y memorable de tu sacerdocio bautismal. No hay que saber mucho para compartir lo que eres y lo que tienes. Amar supera barreras, ayuda a reconocer el valor de las personas que tú tienes a tu lado, acogiendo con sencillez, gratitud y alegría los servicios que hacen por ti. Cuando te ayudan a preparar la comida, cuando te alientan, te comparten un conocimiento. Amar y servir es un lavarse los pies unos a otros, es un gesto de despojo para hacer sentir que el otro es importante como tú, a pesar de sus defectos o de sus posibles ofensas. Ellos Tienen sus limitaciones pero también su potencial y su vida. Si amas, tratas al otro con cariño, con ternura con el cuidado que se merece, facilitando crecer en tus actitudes de perdón y de servicio con todas las personas que te rodean. El amar rescata también el valor, el sentido de la mesa, como el lugar de la bendición familiar, el lugar para unir para conocer para fortalecer la amistad, descubriendo que todos están en la misma medida, todos se pueden mirar a los ojos, sonreír y compartir. Amar y servir no se obliga, como tampoco se mendiga ni se exige, es generoso, se renueva y convoca. Todo se hace desde la libertad. Si te presionan o te impusieran algo tal vez no lo harías adecuadamente, pero desde el amor y el servicio lo harías con agradado y con dedicación. Amar es una decisión. No basta sólo las palabras. El amor lo construyes sin condiciones junto a tu familia y junto a aquellos que debes amar más. Si. Porque no es estar por un compromiso. Algunas parejas dicen: es que aguanto por los niños. No. Los hijos perciben los actos de sus padres. Saben si se aman o no. Amar no es algo cursi. Amar es darse y entregarse, dando oportunidad a una nueva vida, dando sentido a lo que vives, mostrando con hechos lo que se expresa con palabras. Amar construye y contribuye, valora y aprovecha el tiempo. Amar alivia el dolor de muchos, dando respuesta a sus necesidades para que también crezcan y avancen más allá de sus limitaciones y posibilidades. Quien ama, sirve. Y quien sirve lo hace por amor.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
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