EL PRECIO DEL AMOR Mt 26, 14-25
EL PRECIO DEL AMOR
Mt 26, 14-25
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Luis Fernando Castro P. Teólogo PUJ |
¿Sabías que las buenas intenciones pueden ocultar intereses no siempre buenos? A la luz de la Palabra de Dios, se acentúa la derrota y el fracaso de los discípulos de Jesús, pero florece la fuerza del amor que acoge y supera la derrota y el fracaso, dando un nuevo dinamismo a la comunidad. Dicen las buenas voces que no hay nada que conlleve mejor al triunfo, a la victoria que los momentos sufridos de derrota y el propio fracaso porque lo que se hace con el ingrediente del Amor no dependerá de lo que otros hagan, sino de la decisión que tomes para continuar hacia adelante. La tendencia es olvidar esto, dejándote llevar por la terrible sensación de rabia, de miedo y de frustración que se desborda por no conseguir las expectativas señaladas o por no haber logrado que las personas actuaran según tus perspectivas. Hay momentos que la respuesta es leve en otros casos es estrepitosa, violenta, debido a las debilidades personales que te llevan a actuar de forma contraria a lo que eres con comportamientos o actos de venganza o en su defecto de traición. Y un traidor llega a traicionarse así mismo. Pero, cuántos no han contado en su vida un absoluto fracaso, en una relación de amistad, de familia, antes de alcanzar las metas o de encontrarse haciendo algo más grande que lo que había imaginado. El precio del Amor tiene un alto costo que requiere de esfuerzo, de lucha, de espera, de comprensión, de libertad, de mantenerse firme y fiel, aún cuando aquellos que te rodean o dicen amarte e ir contigo hasta el final no mantengan el mismo espíritu, el mismo ánimo o incluso lleguen a abandonar en su libre decisión. El precio del Amor parece una locura, una tarea constante y sin reposo a prueba de toda bajeza, capaz de superar la envidia, la deshonestidad y los aspavientos que se venden cuando se quiere justificar el egoísmo y la cobardía. El precio del amor es sólo entonces una gracia, un encanto, un camino en momentos difíciles que te hace sentir realmente humano. Eso te engrandece, te ennoblece y te transforma, garantizando ambientes de paz, de solidaridad y de cooperación, traducido en beneficio de todos, como también la obtención de grandes logros.
Luis Fernando Castro Parra
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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