NADA SERÁ IGUAL Jn 6, 22-29
NADA SERÁ IGUAL
Jn 6, 22-29
¿Qué hay y cómo hacer para que las situaciones de la vida cambien? A la luz de la Palabra de Dios, muchas personas buscan a Jesús porque se han alimentado hasta saciarse por el signo de multiplicar el pan, pero no comprenden el significado de la señal. Algunas personas caminan en la superficialidad, como si les hubiera entregado un guión en el que todo está escrito; les cuesta ir más lejos de los signos, de las situaciones u oportunidades que se presentan en su vida. No se embarcan en la aventura de la búsqueda. Quieren que su realidad mejore, pero dejan de buscar, de caminar, de escudriñar para hallar la novedad. Prefieren mantenerse haciendo lo mismo, antes que asumir su vida con responsabilidad. Y, aunque se han alimentado hasta la saciedad, repiten y repiten palabras, acciones. Si se les habla de compromiso se alejan. No se meten al ruedo. Es mejor ser espectador. Pero, para que las cosas sucedan, para que las situaciones cambien se hace necesario dar un paso más. Lo primero es aprender a leer los acontecimientos que suceden en tu vida para ir descubriendo en ellos el rumbo que puedes tomar. No basta con ir detrás de los signos, si no se interpretan, si no se leen con el fin de avanzar. Es decir qué quieres lograr, qué deseas buscar y para qué lo buscas, pensando cómo impactará en quienes reciben y se verán beneficiados. Lo segundo evitar quedarse quieto, callado, anquilosado. Es necesario indagar, visualizar, orar para que lo que se quiere proponer contribuya al bienestar de los demás. Lo tercero es trabajar para que nada sea igual. Si lo que quieres es cambiar tu realidad, tu situación, si lo que quieres es ser libre para elegir, para decidir, pues es importante trabajar por esa libertad que nunca perece. Eso sí, minimizando el menor daño para que no se calle ni se opaque al otro. Otro aspecto es asumir con responsabilidad lo que se hace. Si quieres tener un hogar mejor donde las relaciones sean más saludables y se puedan disfrutar es necesario hacerte cargo de lo que piensas, dices y actúas. Es importante buscar, pero también dejarse encontrar con lo agradable del otro, de lo que ofrece el buen Dios a través de la otra persona. Esto es un espacio a la vida, al amor, no tanto a las certezas. Finalmente, hallar no significa que todo está dicho o hecho. Hallar será un paso para volver a buscar. Esta es la dinámica para tu vida, evitando caer en la rutina, en la rigurosidad, en oscilar sobre lo mismo, corriendo el riesgo de confundirse con una moda o con aceptar meramente lo obvio sin dar permiso a la novedad o el acoger una nueva opción. Por ello, es necesario trabajar, poniendo esmero a lo que haces en estos tiempos para ofrecer lo mejor que hay en tu interior, dando un alimento que no tiene fecha de vencimiento porque nada será igual, dinamizando, nutriendo, sustentando y dando un nuevo aire, una nueva fuerza que renueve tu vida y también contribuya a la de los demás.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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