ASOCIAR PARA IR HASTA EL FINAL Jn 17, 20-26

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

ASOCIAR PARA IR HASTA EL FINAL
Jn 17, 20-26

¿Has escuchado la frase popular: la unidad hace la fuerza? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús a través de su oración expresa su gran deseo de unidad entre sus discípulos y también entre nosotros, pues de esa manera permanecemos en el amor, mostramos la fraternidad y transparentamos el amor recibido del Padre. Un gran plus para toda comunidad u organización es la unidad, la capacidad de trabajar, de emprender en equipo. Asociar y unir a otros en lo que hacemos nos permite conseguir grandes triunfos en todos los sentidos de nuestra vida. La unidad en cualquier grupo, facilita generar un clima de armonía que, aún medio de la diversidad, el respeto por las opiniones, los pensamientos, las ideas o las sugerencias, nos orientan, con el sentido de consumar, de llegar a la meta, de construir una visión compartida que contagie y sea beneficio para todos. La unidad es hacernos uno, un cuerpo que da sustento, fuerza y valor para lograr avanzar y hacer lo que para algunos puede ser imposible, construir, edificar y contribuir sin límites. Lograr la unidad hace que las tareas, los proyectos, los sueños, las distintas acciones que desarrollamos sean más fáciles de realizar. Pero, unir no significa uniformar, pensar todos del mismo modo, como si fuéramos un gran cuartel del ejército uniformado. No. Unir es hacer posible que desde el lugar donde estemos, tanto los que están dentro de un grupo familiar o estén fuera de ella, desarrollemos la capacidad de dar respuesta a los retos que surgen en nuestra vida, dando lo mejor de cada uno de nosotros para que construyamos y ganemos todos, a pesar de las tensiones o de los conflictos que son inevitables en toda relación personal y comunitaria. Por ello, identificar fortalezas, cualidades y debilidades para que cada uno con sus aportes, desempeñemos mejor nuestro rol, avanzando y creciendo de forma integral es importante. Tengamos en cuenta que al unirnos logramos generar buenos y mejores ambientes con buenas y mejores relaciones, consiguiendo que todos nos sintamos parte de todo, queriendo continuar remando en la misma dirección que nos conduce a la vida, al verdadero amor, al proceso de ir hasta el final. De esta manera la unidad es el plus para encontrarnos con un nuevo amanecer donde las ideas fluyen y se escuchan, donde se fortalecen y se complementan los lazos de amistad y donde se aprende y se crece en la comunicación, en el compromiso en favor de todos, alcanzando las metas, mejorando y dando calidad a nuestra vida.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

Comentarios

Entradas populares de este blog

SABER ESCUCHAR PARA AMAR Mc 12, 28b-34 Domingo Trigésimo Primero del Tiempo Ordinario (Ciclo B)

EL ARTE DE VIVIR JUNTOS PARA SIEMPRE Mc 10, 2-16 Domingo Vigésimo Séptimo. Tiempo Ordinario (Ciclo B)

RESCATAR LA VIDA, SIRVIENDO CON GENEROSIDAD Mc 10, 35-45 Domingo Vigésimo Noveno del Tiempo Ordinario (Ciclo B)