MÁS ALLÁ DE LAS EXPECTATIVAS Mc 12, 18-27

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

MÁS ALLÁ DE LAS EXPECTATIVAS
Mc 12, 18-27

¿Cuántas veces se usan estrategias para manipular o hacer ridiculizar la situaciones de la vida? A la luz de la Palabra de Dios, los saduceos, grupo formado por grandes propietarios de tierras, administradores de la justicia en el Sanedrín, quienes no creen en la resurrección de los muertos, preguntan de forma capciosa a Jesús sobre este tema, basados en una historia que tiene como intención ridiculizar la creencia en la resurrección. En medio de una realidad en la que por ratos prima la desesperanza, la incertidumbre, el dolor y el sufrimiento surge para nosotros un nuevo dinamismo que llena de esperanza y seguridad nuestra existencia, poniéndonos en un camino hacia la meta, donde nuestra vida toma sentido y realización porque nos conduce a superar lo temporal e inmanente para vivir y alcanzar algo nuevo que va más allá de las limitaciones, intereses y perspectivas personales, mostrando así, que la vida de todos sumergidas y proyectadas en una experiencia de Dios no tiene límites ni término. Sin embargo, algunos viven buscando algo que les apasione para vivir plenamente, centrados en sí mismos, en su poder, en su autosuficiencia, en sus propios esfuerzos; otros en cambio viven con la mirada elevada hacia arriba, perdidos y lejos de la realidad que les rodea, ocupados más por lo que puede suceder después de la muerte, pero actuando sin responsabilidad con su existencia, desenfocados en sus discernimientos y decisiones, creando incluso imágenes de miedo y de temor. Tener como meta en nuestra existencia la vida, el aprecio por los demás, las realidades constructivas en las esferas humanas es dar un nuevo sentido a nuestra vida, superando nuestras expectativas, llevándonos a hacer conciencia para actuar con compromiso y responsabilidad, contribuyendo, ayudando y proyectando desde nuestros quehaceres particulares para que la sociedad se transforme y sea cada vez mejor. Así, generar y facilitar espacios más sanos y fraternos con los demás desde lo que somos y hacemos, conduciremos a crear nuevas expectativas, evitando crear manipulaciones o búsqueda de estrategias que ridiculizan la vida. La esperanza plena no es una fantasía o una ilusión que nos saca del compromiso constructivo, es un impulso a asumir un estilo de vida responsable, donde demos lo mejor de nosotros porque lo que hagamos o dejemos de hacer por decisión y acción de nuestra libertad, afectará nuestra realidad.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es


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