AMAR, CONSTRUYE Mc 12, 28b- 34

AMAR, CONSTRUYE
Mc 12, 28b- 34
Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

¿Te has preguntado por qué es tan importante el amor en nuestra vida? A la luz de la Palabra de Dios, un doctor de la Ley quiere saber la opinión de Jesús sobre cuál es el primero de todos los mandamientos. Tener una montaña de leyes y de tradiciones, de grandes estudios y conocimientos, o de pertenecer a un grupo privilegiado es importante, pero nada que pueda superar el amor. Para esto no se necesita ser sabio o inteligente o tener grandes profesiones o pertenecer a algún grupo privilegiado. El amor es centro constructivo de las distintas relaciones: contigo mismo, con el otro y con Dios. El amor unifica, es vital, mejora la calidad de vida y ayuda a construir relaciones sanas. El amor nos impulsa a hacer mejor lo que hacemos, nos ayuda a enfrentar con decisión los retos y desafíos constructivos que surgen en la vida, en las relaciones personales, especialmente cuando brota el desacuerdo, el enojo, la incomprensión, el egoísmo. El amor es más que un placer, se ofrece, fluye a través de nosotros a favor de los demás, convirtiéndose en un estilo de vida que contribuye, que impulsa, que da sentido y realización a lo que hacemos, a lo que aportamos para que los demás sean libres y felices. El amor es tan fuerte que impacta y engloba todo dando un cambio personal a todos nuestros aspectos, pero también dando color a la vida de las personas cuando lo expresamos en pequeñas o grandes conductas: cuando cuidamos, cuando protegemos, cuando escuchamos, cuando usamos tiempo pensando en acompañar y contribuir a su bienestar. El amor es todo un arte, un acto de decisión y libertad que requiere de esfuerzo, de sacrificio, de entrega incondicional para alcanzar la profunda plenitud. Dejar correr el amor, dejarlo vibrar a través de nuestras palabras y de nuestras acciones es dejar que nuestra vida se mueva, se transforme, tenga calidad, se impregne de armonía, tejiendo relaciones saludables y constructivas que comparte la alegría y la paz, frutos del verdadero amor, determinando así, que el amor construye y que no hay mayor felicidad que amar y sentirse amado.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

Comentarios

Entradas populares de este blog

SABER ESCUCHAR PARA AMAR Mc 12, 28b-34 Domingo Trigésimo Primero del Tiempo Ordinario (Ciclo B)

EL ARTE DE VIVIR JUNTOS PARA SIEMPRE Mc 10, 2-16 Domingo Vigésimo Séptimo. Tiempo Ordinario (Ciclo B)

RESCATAR LA VIDA, SIRVIENDO CON GENEROSIDAD Mc 10, 35-45 Domingo Vigésimo Noveno del Tiempo Ordinario (Ciclo B)