ACOMPAÑAR ES UN ARTE Jn 10, 22-30
ACOMPAÑAR ES UN ARTE
Jn 10, 22-30
¿Cuáles son las actitudes de una persona que busca ofrecer bienestar y calidad de vida a quienes acompaña? A la luz de la Palabra de Dios, la imagen de pastor que Jesús aborda habla del contenido y la calidad de la relación entre quien acompaña y es acompañado. Acompañar desde nuestro rol familiar o dentro de un proceso comunitario es un arte porque apunta a un dinamismo de crecimiento en el amor, en el servicio a los demás hasta lograr la realización personal. Algunas actitudes para evitar en este servicio es sentirse dueño y conocedor de la situación. Usar su acompañamiento como autoridad para mostrar su superioridad a la persona que acompaña, presentando sus credenciales, ocasionará que la relación se distancie y se desenmascare una falsa voluntad de acoger, de escuchar y de conocer a la persona que se acompaña. Tampoco es recomendable que quien acompaña influya sobre las decisiones o valores que no se relacionen con los objetivos del acompañamiento. El acompañante ofrece las herramientas, las orientaciones para que el acompañado vaya descubriendo soluciones constructivas que le faciliten avanzar en su estilo de vida. Lo recomendable es desarrollar la capacidad de escucha activa. Esto significa que su acción no es pasiva, sino que es proactiva para entender a la persona que acompaña y transmitir respuestas adecuadas que muestre que se está escuchando. Otra actitud se basa en el conocimiento para comprender la historia, la dificultad, el defecto y las cualidades de quien acompaña, aceptando a la persona como es, sin levantar juicios de valor. Conocer deriva un sentido de responsabilidad, de cercanía y de una gran familiaridad, logrando que a quien se acompañe vaya descubriendo y fortaleciendo su estilo de vida y realización como persona. Acompañar es una relación que busca dar vida y confianza mutua. No basta con recibir las orientaciones como una prueba de amor, es necesario dar respuesta activa de lo que se recibe para continuar avanzando. De manera que el servicio de acompañar no es un arte solitario, al contrario muestra como una persona amada está en la capacidad de amar, generando y animando nuevas relaciones de vida que conduzcan a un auténtico proceso de realización integral.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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