EL VALOR DE LA RECIPROCIDAD Jn 13, 16-20
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Luis Fernando Castro Parra TEÓLOGO |
EL VALOR DE LA RECIPROCIDAD
Jn 13, 16-20
¿Qué caracteriza al valor de la reciprocidad? Y ¿Cómo lo ponemos en nuestro estilo de vida? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús pone al descubierto el sentido profundo de relación con sus discípulos, pero también la relación entre ellos. Tendemos algunas veces, como personas a medir lo que ofrecemos y también lo que nos parece justo recibir, convirtiendo las relaciones personales en una moneda de cambio. Esto hace sufrir porque muchas veces sentimos que hemos dado muy poco de lo que hemos recibido. En otras, descubrimos que hemos recibido menos de lo que creemos haber dado. Sin embargo, el gran potencial que tenemos para desarrollar y para disfrutar las relaciones, haciéndolas más saludables y sólidas es la reciprocidad porque nos impulsa a actuar en una doble dirección que no busca esperar algo de los demás como tampoco agradar a los otros. Se trata de estar disponibles para que con amor, alegría, sencillez y gratitud ofrezcamos los servicios a los demás, pero acogiendo también con alegría, sencillez y gratitud todo lo que las otras personas, sea familia, pareja hacen a favor nuestro. De esta forma el valor de la reciprocidad se convierte en un acto de libertad que consiste aceptar en las distintas relaciones personales las limitaciones, respetando las decisiones de las demás personas y, al mismo tiempo, reconocer que también fallamos, que tenemos limitaciones, que algunos casos ofendemos. Por ello, dar sentido a la reciprocidad es hacer de este valor un estilo de vida para profundizar en el conocimiento de las relaciones personales, donde no sólo está la satisfacción de haber aportado, de haber dado lo mejor a los demás, también el agradecimiento por lo que han hecho por nosotros, poniendo un espiral positivo que fortalece todos los aspectos de nuestra vida, conduciéndonos a actuar de una forma libre y feliz. Y, sí los signos son negativos desarrollar la reciprocidad hace que se ponga un signo positivo que opaca al primero, consiguiendo avanzar y crecer en la relación como hermanos, como familia, como compañeros de camino. De esta manera aplicar la reciprocidad en nuestra vida permite disfrutar más de cada una de las relaciones personales, pero a su vez nos descubre todo lo que somos para dar y para crecer mutuamente.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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