SENTIDO CONSTRUCTIVO DE LA DESPEDIDA Jn 14, 1-6

Luis Fernando Castro Parra
TEÓLOGO

SENTIDO CONSTRUCTIVO DE LA DESPEDIDA
Jn 14, 1-6

¿Cómo despedirse? ¿Cómo decir a los suyos adiós? A la luz de la Palabra de Dios, después de convivir, de crear un gran lazo de amistad durante un tiempo, Jesús se despide de sus discípulos. Ya no lo verán como hasta ahora. De los momentos más complejos que existen en una relación cercana con las personas que amamos  es el momento de decir adiós, el momento de la despedida. Despedirse de quienes han sido muy significativos y especiales para nuestra vida, para nuestro crecimiento no es fácil, aunque se tenga conciencia de que la vida es una sucesión de encuentros y de despedidas. Por lo general los encuentros con otras personas y con otros trabajos son agradables, mientras que las despedidas voluntarias o irreversibles se visten de un tono triste, opaco, de decepción y en otros casos de enfado. Cuando surge una nueva oportunidad de vida para crecer en el campo personal, familiar, laboral, profesional la despedida es inevitable porque se dan cambios de lugar, se realizan viajes. Esto ocasiona sentimientos de nostalgia, de pérdida de seguridad, pero comenzar algo nuevo nos despide también de algo anterior. Ahora, sí la despedida es por muerte natural, causada por una enfermedad la preparación trae un proceso de desprendimiento para que todo se viva de otra manera. Los hábitos y las rutinas dan un nuevo giro en las personas. De ahí que se puede considerar un tiempo para reparar, para limar asperezas, para perdonar y comprender. Pero, las despedidas dejan también regalos, detalles, herencias, propósitos, agradecimientos, palabras de ánimo que alientan a quienes están turbados, mostrando que no es un final. Pablo Neruda afirma que es tan corto el Amor y tan largo el olvido, es decir que el amor verdadero no tiene límites, no se acaba ni con la muerte y, sí está referido a alguien especial su recuerdo estará siempre vivo. Olvidar no sería recomendable. Por ello, algunos se comprometen con confianza en sí mismos y en Dios a mejorar, a no permanecer inactivos, a hacer crecer lo que la persona a dejado, lo que ha construido, superando expectativas y entablando una relación nueva, pero a su vez, profunda que contribuye a dar pasos sorprendentes de vida personal que beneficia y llena de alegría, de gozo a otras personas. Despedirse entonces tiene un sentido constructivo porque facilita continuar avanzando con responsabilidad, con ganas de vivir, de mirar el pasado para vernos hoy más grandes, gracias a quienes en un momento nos animaron con su ejemplo, con sus acciones y con sus palabras, pero también nos dijeron adiós. Un sentido que abre el camino a la vida, logrando conseguir metas que nos realizan y nos hace vivir con plenitud.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es

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