HACER VISIBLE LO QUE ESTÁ INVISIBLE Jn 12, 44-50
HACER VISIBLE LO QUE ESTÁ INVISIBLE
Jn 12, 44-50
¿Has escuchado las frases hijo de tigre sale pintado? O ¿De tal palo tal astilla? A la luz de la Palabra de Dios, Jesús es el reflejo fiel del Padre. Todas sus palabras, todas sus acciones transparentan, hace visible a quien lo envío. Todo de un modo u otro se parece a su fuente, a su origen. Vemos hijos en relación con sus padres que se parecen, bien sea en su aspecto físico, en sus costumbres, en la manera aprendida de hablar, de educar, bien sea en sus gustos, en su forma de actuar y de desarrollar sus capacidades. Vemos en otro campo las credenciales de un representante, de un embajador de una nación no vienen de él, sino de aquel que lo presenta. Es decir, lo que vemos, lo que es tangible nos facilita ver lo obvio. Pero hacer un pare y revisar cómo vamos para empezar a pensar y actuar de una forma distinta, mirando opciones que antes no habíamos contemplado es descubrir que lo grandioso de nuestra vida es hacer visible lo que está invisible. Hacernos conscientes de la grandeza, de la fuerza, del amor, del talento que hay en nosotros es abrir la oportunidad a vivir mejor, es la posibilidad de ver algo diferente a lo que estamos acostumbrados, dejándonos asombrar de lo que somos y tenemos para aportar constructivamente. Es un proceso de dar a luz, de reflejar lo mejor que hay en nosotros, de cambiar de mirada, de sacar el proyecto que queremos desarrollar. Pero no siempre se consigue de un día para otro. Es un proceso que lleva muchas veces su tiempo porque pasamos por el error, por el esfuerzo, por encontrar algo que hoy no nos gusta porque sin darnos cuenta lo hemos ido construyendo por la forma de pensar, por el modo de ver la vida, por lo que fuimos aprendiendo en los distintos momentos de la vida en nuestra relación consigo mismo y con los demás. Como dice mi abuela el mundo está lleno de sueños, de buenas intenciones, de establecer metas, pero sin sacarlas a la luz porque no se ha dado el paso para conseguirlas, por dar respuesta a lo que nos impulsa a ir más lejos. Hacer visible con acciones concretas, grandes o pequeñas los pensamientos, los sueños, las palabras guardadas a favor nuestro y bien para los demás es el comienzo para ver cambios en nuestra vida personal y también para nuestro entorno, reflejando así, el gran Amor de dónde procedemos y hacia dónde caminamos.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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