SOMOS POTENCIAL PARA #CONSTRUIR Y SER MEJOR Lc 12, 32-48
#Reflexión domingo XIX desde la Lectura del Evangelio de Lucas
SOMOS POTENCIAL PARA #CONSTRUIR Y SER MEJOR
Lc 12, 32-48
Sin ninguna duda hemos sido creados para ser libres y felices. Sin embargo, ¿cómo mantener viva la esperanza sin llegar a caer en la frustración, el cansancio, la fatiga, la rutina o el desánimo en el quehacer diario de nuestra vida? El evangelio de hoy a través de dos parábolas, presenta algunas herramientas que nos dan sentido y nos indican la actitud que se ha de tener para continuar siempre hacia adelante, como posibilidad de ejecutar con eficacia el potencial que somos, siendo un canal de bendición para construir, transformar y ser mejor. Veamos el texto:
1. No tengas miedo (vv. 32-34): El texto comienza con un elemento importante…no temas, porque todo proviene del Padre. Él es quien te sostiene, te ha dado la vida, te alimenta. Luego, tu vida no depende de lo que tienes (vv.13-21), ni de lo que no tienes (vv. 22-30), sino de lo que eres: un hijo de Dios (vv. 31-34). La seguridad de tu vida no está en las riquezas, en el conocimiento, está en el ser fiel al proyecto maravilloso de Dios. Esta actitud significa actuar con sabiduría y confianza de que nada nos puede faltar porque la providencia del Padre es más eficaz. Pero si faltara algo, entonces podríamos decir que no se necesita porque estaría en dirección contraria y equivocada al Proyecto del Padre.
2. Vigilancia (vv. 35-40): Dos imágenes muestran la parábola “del amo de la casa”: tener ceñida la cintura y mantener encendidas las lámparas. La primera tiene que ver con estar siempre listos para actuar con decisión, con agilidad y prontamente. La segunda nos refiere a mantener la pasión, el fuego encendido para estar despiertos y con la “casa” iluminada, es decir tener una conciencia despierta, adherida al proyecto del Padre con pertenencia a la vida. Dos actitudes que invitan a vivir con lucidez y responsabilidad, sin sucumbir en el letargo y la pasividad de la vida. Hoy necesitamos pensar, aportar y actuar con más eficacia. No es el momento de apagar las luces para descansar y detener la vida, por el contrario sabiéndonos hijos de Dios, llenos de su gracia y de sus riquezas podemos continuar construyendo desde el lugar que estemos para ser mejores de lo que ya somos, siendo canales de bendición, proyectando y promoviendo caminos nuevos de fidelidad y generosidad que seguramente no sólo transformará nuestro entorno, también otros lugares a los que hoy podemos llegar.
3. Servir para crecer (vv. 41-48): Con la segunda parábola, el administrador fiel y prudente, Jesús nos enseña a compartir los dones que se nos ha dado para crecer. Sin duda el servicio es el gran regalo que no sólo nos libera, nos sana, también nos ayuda a crecer. Este crecimiento parte de la gratitud que podemos ofrecer al Padre por la manera que se desborda abundante y generosamente hacia sus hijos, pero también por la mayor responsabilidad activa que nos impulsa a desarrollar con dinamismo un servicio a los hermanos, realizando tareas que nos ayuden a crecer, dando frutos valiosos que aporten a la construcción y a la calidad de vida a la que pertenecemos, evitando caer en el pietismo que nos puede hacer olvidar de nosotros mismos y de los demás.
4. Conclusiones
• Somos un potencial de vida para construir y ser mejor de lo que ya somos en nuestras relaciones humanas y en el proyecto de hacer crecer la calidad de vida.
• Crecer en el valor de la responsabilidad, de la gratitud y el servicio ayuda a superar la incertidumbre dando seguridad y lugar a una esperanza viva.
• Cuidar de estar despierto y vigilante, aprovechando las riquezas del Padre para beneficio de los demás, se gozará de las alabanzas de Dios (vv. 43) y logrará desarrollar mayores tareas de las que ya ha ejecutado (vv. 44).
• Mantenerse constante en el proyecto maravilloso de Dios evitará que caigamos en la pasividad que nos hace olvidarnos de nosotros mismos y de los demás. ¡Estad preparados! (vv. 40).
Luis Fernando Castro Parra. Teólogo y Magister en Familia. El buen Dios les siga bendiciendo.
SOMOS POTENCIAL PARA #CONSTRUIR Y SER MEJOR
Lc 12, 32-48
Sin ninguna duda hemos sido creados para ser libres y felices. Sin embargo, ¿cómo mantener viva la esperanza sin llegar a caer en la frustración, el cansancio, la fatiga, la rutina o el desánimo en el quehacer diario de nuestra vida? El evangelio de hoy a través de dos parábolas, presenta algunas herramientas que nos dan sentido y nos indican la actitud que se ha de tener para continuar siempre hacia adelante, como posibilidad de ejecutar con eficacia el potencial que somos, siendo un canal de bendición para construir, transformar y ser mejor. Veamos el texto:
1. No tengas miedo (vv. 32-34): El texto comienza con un elemento importante…no temas, porque todo proviene del Padre. Él es quien te sostiene, te ha dado la vida, te alimenta. Luego, tu vida no depende de lo que tienes (vv.13-21), ni de lo que no tienes (vv. 22-30), sino de lo que eres: un hijo de Dios (vv. 31-34). La seguridad de tu vida no está en las riquezas, en el conocimiento, está en el ser fiel al proyecto maravilloso de Dios. Esta actitud significa actuar con sabiduría y confianza de que nada nos puede faltar porque la providencia del Padre es más eficaz. Pero si faltara algo, entonces podríamos decir que no se necesita porque estaría en dirección contraria y equivocada al Proyecto del Padre.
2. Vigilancia (vv. 35-40): Dos imágenes muestran la parábola “del amo de la casa”: tener ceñida la cintura y mantener encendidas las lámparas. La primera tiene que ver con estar siempre listos para actuar con decisión, con agilidad y prontamente. La segunda nos refiere a mantener la pasión, el fuego encendido para estar despiertos y con la “casa” iluminada, es decir tener una conciencia despierta, adherida al proyecto del Padre con pertenencia a la vida. Dos actitudes que invitan a vivir con lucidez y responsabilidad, sin sucumbir en el letargo y la pasividad de la vida. Hoy necesitamos pensar, aportar y actuar con más eficacia. No es el momento de apagar las luces para descansar y detener la vida, por el contrario sabiéndonos hijos de Dios, llenos de su gracia y de sus riquezas podemos continuar construyendo desde el lugar que estemos para ser mejores de lo que ya somos, siendo canales de bendición, proyectando y promoviendo caminos nuevos de fidelidad y generosidad que seguramente no sólo transformará nuestro entorno, también otros lugares a los que hoy podemos llegar.
3. Servir para crecer (vv. 41-48): Con la segunda parábola, el administrador fiel y prudente, Jesús nos enseña a compartir los dones que se nos ha dado para crecer. Sin duda el servicio es el gran regalo que no sólo nos libera, nos sana, también nos ayuda a crecer. Este crecimiento parte de la gratitud que podemos ofrecer al Padre por la manera que se desborda abundante y generosamente hacia sus hijos, pero también por la mayor responsabilidad activa que nos impulsa a desarrollar con dinamismo un servicio a los hermanos, realizando tareas que nos ayuden a crecer, dando frutos valiosos que aporten a la construcción y a la calidad de vida a la que pertenecemos, evitando caer en el pietismo que nos puede hacer olvidar de nosotros mismos y de los demás.
4. Conclusiones
• Somos un potencial de vida para construir y ser mejor de lo que ya somos en nuestras relaciones humanas y en el proyecto de hacer crecer la calidad de vida.
• Crecer en el valor de la responsabilidad, de la gratitud y el servicio ayuda a superar la incertidumbre dando seguridad y lugar a una esperanza viva.
• Cuidar de estar despierto y vigilante, aprovechando las riquezas del Padre para beneficio de los demás, se gozará de las alabanzas de Dios (vv. 43) y logrará desarrollar mayores tareas de las que ya ha ejecutado (vv. 44).
• Mantenerse constante en el proyecto maravilloso de Dios evitará que caigamos en la pasividad que nos hace olvidarnos de nosotros mismos y de los demás. ¡Estad preparados! (vv. 40).
Luis Fernando Castro Parra. Teólogo y Magister en Familia. El buen Dios les siga bendiciendo.
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