LOS SALMOS: UN CAMINO DE COLOR Y VIDA


LOS SALMOS: UN CAMINO DE COLOR Y VIDA
Luis Fernando Castro Parra
Teólogo

Cuando nos referimos al libro de los Salmos, nos estamos acercando a una gran experiencia de vida y de espiritualidad. Los Salmos han sido definidos como los cantos o himnos que aparecen en la experiencia de un pueblo, como Israel. Sin embargo, el nombre propiamente dicho de los salmos sería SALTERIO (del griego Psalterion), aludiendo al instrumento de cuerda (cítara) que acompañaba los cantos emitidos en las reuniones familiares o comunitarias del pueblo. Los Salmos son un camino de color y vida que al profundizar en estos cantos nos vamos a encontrar con un gran mapa que nos mostrará algunas rutas importantes que nos ayudarán a progresar en nuestra vida de oración y espiritualidad.

      1. Los Salmos: Un gran mapa de acceso: Los salmos son la experiencia orante, musical poética de un pueblo en diversas circunstancias y situaciones de su historia. Son momentos distintos en la travesía de la vida. Es decir, con los Salmos se puede aprender a discernir, los impulsos, los sentimientos que brotan de lo más profundo del corazón en los diferentes momentos que un pueblo, persona o comunidad llegan a desarrollar o experimentar. Esto nos muestra que no son un elemento estático, anquilosado, son una herramienta que nos invita a marchar a caminar por la travesía de una vida que impulsa a avanzar, progresar y crecer. Al abrir el libro de los Salmos, entonces nos vamos a encontrar con un gran mapa de acceso, como la oración personal ante momentos de preocupación (3-41; 51-71); o el aspecto maravilloso de la comunidad (42-49; 72-89); otros reflejan el júbilo, la alabanza (145-150); la acción de gracias (136).
     2. Los Salmos en la comunidad cristiana: Una nueva estación de este mapa es descubrir que los salmos no se han quedado sólo con el pueblo de Israel, también fueron importantes en la historia de Jesús y de la comunidad cristiana (cf. (Ef. 5, 19; Mt 11, 25; Col 3,16). En los evangelios se guarda al Jesús orante y en ellos podemos notar los salmos. Pero esto tiene una razón de ser. Después de exilio de Babilonia, el pueblo judío tomó la costumbre de rezar en familia, pero al fortalecer este ritmo de oración y de vida se decidió crecer en otros ambientes, entonces no sólo se dedicaban a orar con los salmos en el diario familiar, sino que también semanalmente lo hacían en la sinagoga o en la comunidad. Esto se extendió cada año en el Templo de Jerusalén. Esto significaba que tenemos una nación orando y cantando salmos constantemente y en todo momento. Una actividad maravillosa que se hacía en la mañana, al mediodía y al llegar la noche. Para la experiencia cristiana- católica, esta costumbre se apropió con el rezo de la liturgia de las horas (Laudes, sexta, nona, vísperas, completas).

     3. Los Salmos y el Cuerpo: Los salmos no eran rezados solamente usando los labios, también usando todo el cuerpo. En los salmos encontramos  por ejemplo la procesión, como invitación a aclamar las grandezas de Dios (95,2). Otra actitud donde se usa el cuerpo es la postración, la inclinación, la genuflexión, como un modo de adoración, de reconocimiento que el buen Dios es el grande y nosotros los pequeños (95,6). Levantar las manos o extenderlas significa dar esperanza, empoderamiento, rendición a Dios. Un modo también de cambiar de mentalidad porque invita a levantar la mirada hacia cosas más altas (63,5); la danza (149,3); el canto (147,1); el grito (3,5). Todo estas expresiones corporales contribuyen a crear, reforzar un ambiente de oración, ayudando tal vez no ha cambiar realidades, pero sí, a verlas de una manera diferente.

    4. Los Salmos como vida de oración: Tres aspectos importantes son un punto de apoyo para la oración del pueblo:
a.       Como modelo: Recitando y repitiendo los salmos se convierte en una forma de aprender a orar.
b.      Como Muletilla: Cuando faltaban las palabras en la oración personal, se recurría a recordar alguna parte de un salmo y, así dirigirse a Dios (cf. Salmo 30…vengan y alaben…)
c.       Como desafío: Rezar u orar un salmo no causaba rutina, por el contrario era el impulso para ser más creativo. Es decir, que al rezar frecuentemente un salmo el objetivo era hacer su propio salmo. Qué bueno sería que cada uno de nosotros tuviéramos esa actitud de elaborar nuestro propio salmo de acuerdo a nuestra experiencia de Dios. Por ejemplo María canto el Magnifica (cf. Lc 1, 46-55); Zacarías elaboró y cantó su propio salmo, el cual hoy conocemos como el Benedictus (Lc 1, 67-79), después de el nacimiento de su hijo; Simeón y Ana al ver al hijo de Dios, causó una inspiración del Espíritu y cantaron un salmo del corazón (cf. Lc 2, 25-38).

5   5. Jesús usó los salmos para dirigirse al Padre y para enseñar al Pueblo: En diferentes momentos Jesús canto salmos para dirigirse al Padre (cf. Mt 11, 25; Mc 14, 34; 15,34; Lc 23, 46): Pero, también los usó para enseñar al Pueblo. Varias de las enseñanzas de Jesús son evocaciones de frases de los Salmos. Miremos algunos:

·         a. Mt 5, 3 alude al Salmo 37, 11
·         b.  Mt 5, 5---------- al Salmo 126,5
·         c. Mt 5,8----------- Salmo 24, 3-4
·         d. Mt 6,4------------Salmo 139,2-3
·         e. El Padre Nuestro es un resumen de su enseñanza.

De esta manera, los Salmos tiene no sólo una expresión mística, también es creativa, un camino de color y vida que ayuda a crecer en la espiritualidad para que podamos cantar juntos con el salmo 122: ¡Qué alegría cuando me dijeron vamos a la casa de Yahvé! Finalmente pisan nuestros pies tus umbrales, Jerusalén (122, 1-2).

Luis Fernando Castro Parra. Teólogo- Magister en Familia

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