LA CLAVE PARA DAR FRUTO Mc 4, 1-20
LA CLAVE PARA DAR FRUTO
Mc 4, 1-20
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Luis Fernando Castro Parra Teólogo PUJ |
En algunas ocasiones a pesar de los esfuerzos y de la dedicación que le pones al desarrollo de tus planes, personales y familiares, de tu trabajo, de tus proyectos y de tus sueños, los resultados parecen no dar el efecto que tú esperabas, como que es inútil el esfuerzo. A la luz de la Palabra de Dios, Jesús enseña y explica la parábola del sembrador a sus discípulos para mostrar cómo el Reino de Dios se realiza en tu vida como semilla para traerte, alegría, libertad, progreso, fruto en abundancia en todo momento. Para producir frutos hay que esparcir las semillas que aunque sean pequeñas son de buena calidad y, más aún saberlas sembrar en terrenos adecuados es necesario porque puede crecer la planta sin caer en riesgos e incluso en frustraciones. Abrirse a la novedad, a los cambios sin acelerar procesos, evitando caer en círculos viciosos, en la rutina, en el acomodo que llega en algún momento a desanimar y a crear ambientes de desesperanza es importante y necesario. La clave está en seguir sembrando. Lo que siembres, lo que emprendas, lo que proyectes siempre estará sujeto a eventualidades, esperadas o inesperadas que no siempre producirán fruto. Sin embargo, mantente perseverante, disponible, optimista confiado en si mismo y, en Dios, con la mirada en la meta, en el fruto, superando apegos y desánimos, venciendo el miedo de perder falsas seguridades en que te apoyas, sacando lo mejor de ti para darlo con alegría, no con obligación, hará que la cosecha de lo que has sembrado sea extraordinaria y sorprendente para el progreso tuyo y también para el progreso de los demás.
Luis Fernando Castro Teólogo-
Magíster en Familia.
luisferflormaria@yahoo.es
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