LA CLAVE DEL APRECIO Mc 6, 1-6

LA CLAVE DEL APRECIO 
Mc 6, 1-6

Luis Fernando Castro P.
Teólogo PUJ
Tener personas a tu lado que colaboran que dedican su tiempo a hacer el bien provoca admiración y alegría. Sus actitudes, palabras y acciones son grandiosas. Pero para algunos son un escándalo, en especial quienes creen conocerlo, porque en la miopía de sus ojos les parece sospechoso, raro, extraño que esté haciendo algo más que los demás. Desprecian sus acciones, sus Carismas, sus talentos, sus habilidades por su apariencia física, su vestido. Son incapaces de reconocer a alguien distinto al de siempre. A la luz de la Palabra de Dios Jesús llega a Nazareth, su patria a evangelizar a quienes le conocen de niño, ha cambiado su estrategia misionera, ya no es el artesano, el carpintero, ahora es el Maestro rodeado de seguidores. Esto provoca asombro en algunos, en otros indiferencia, actitud despectiva, escándalo. Cuánto cuesta creer, confiar, reconocer a quienes actúan, se comportan, hablan de una forma distinta, profunda y discernida. Se hacen sentir extraños, locos. Se hace pasar lo bueno como malo, negando a la persona, negando sus palabras, sus esfuerzos porque se niega a creer que detrás de una persona sencilla haya alguien grande, que detrás de un grande haya alguien sencillo. No sé da el permiso, la oportunidad de ver más allá de las fallas, de los errores, del vestido, del rostro, fomentando el rechazo, la etiqueta negativa porque se concibe que lo sabe todo y lo conoce todo. Y, en lugar de apreciar, de sentirse orgulloso, admirado por los que tienes a tu lado, se crea una percepción de poco interés. Se suele hablar muy ligero, impulsivo, cayendo en prejuicios, desilusiones y creencias impuestas que señalan, pero no ayudan a crecer a mejorar a hacer más saludables las relaciones familiares y sociales. Parece que es más fácil dejarse llevar por la apariencia que por el proceder. Cuánto falta por conocer a las personas que tienes a tú lado.  Cuánto estás preparado para ver en ellas y en ti la presencia actuante de Dios, superando etiquetas pesimistas y negativas, pues Dios no hace nada sin el concurso, el esfuerzo, la presencia de lo humano. Cuánto te conoces a ti mismo para poder andar libre y feliz contribuyendo a mejorar la calidad de vida. Creer en los demás, en los tuyos y en ti mismo sin guardar apariencia es clave para apreciar y construir relaciones nuevas, felices y significativas, para a hacer grandes milagros.
Luis Fernando Castro Teólogo-
Magíster en Familia.
luisferflormaria@yahoo.es 

Comentarios

Entradas populares de este blog

SABER ESCUCHAR PARA AMAR Mc 12, 28b-34 Domingo Trigésimo Primero del Tiempo Ordinario (Ciclo B)

EL ARTE DE VIVIR JUNTOS PARA SIEMPRE Mc 10, 2-16 Domingo Vigésimo Séptimo. Tiempo Ordinario (Ciclo B)

RESCATAR LA VIDA, SIRVIENDO CON GENEROSIDAD Mc 10, 35-45 Domingo Vigésimo Noveno del Tiempo Ordinario (Ciclo B)