EL DINAMISMO DE SER LIBRE Y FELIZ Lc 19, 1-10
EL DINAMISMO DE SER LIBRE Y FELIZ
Lc 19, 1-10
Cuando nos referimos a hablar y desarrollar el tema
de la Salvación nos enfocamos en el regalo maravilloso que nos ha dado la
persona de Jesús con su Encarnación, con su vida y su pasión, con su muerte en la cruz y su
resurrección para que tengamos un estilo de vida distinto, en el camino siempre de
ser mejores de lo que ya somos; pero, también lo podemos considerar como el don gratuito que Dios nos da a
través de nuestra vida para ser libres del pecado y, en consecuencia para ser
felices. De manera, que el don de la salvación no es algo meramente objetivo, dado como regalo en el pasado, sino que es también subjetivo, presente y actual, en el que lo recibimos, lo acogemos y lo aceptamos para continuar creciendo y construyendo con un dinamismo nuevo en todos los aspectos de nuestra vida familiar y social. A la luz de la Palabra de Dios se nos enseñan algunas claves que
nos ayudan para desarrollar con eficacia y perseverancia el dinamismo de ser
libres y felices. Veamos:
1. Acoger la Salvación (vv. 1-6):
Muchas veces desarrollamos nuestras actividades profesionales con éxito y nos proponemos alcanzar metas y proponer nuevos planes de vida, buscando que nuestra existencia esté estable, activa, segura y tranquila, pero parece que hay algo que todavía no cuadra, como que no es suficiente las riquezas, hay algo que nos está faltando
en nuestros quehaceres, algo que va más allá de nuestros esfuerzos, de nuestras
labores y de nuestras posibilidades y limitaciones para ser libres y felices. Jesús caminando hacia Jerusalén se encuentra en Jericó con un jefe de publicanos, rico, de baja estatura, llamado Zaqueo ("el Puro", el justo, abreviatura de Zacarías: Dios recuerda, es decir que Dios recuerda a todo lo que está supuestamente perdido para tratarlo como puro) que lleva en su corazón una inquietud, una curiosidad que puede desconcertarle:.. ver a Jesús. A causa de la multitud y por su pequeñez física, aparentemente insuperable, Zaqueo decide subirse a un árbol para ver el paso de Jesús mostrando un gran interés por el Maestro: se adelanta y corre al frente...Esto supone un deseo de conocer a Jesús para recibir algo más grande que le diera color, sabor a su quehacer, porque su vida estaba centrada en su trabajo, en su profesión, como cobrador de impuestos, en sus logros, en sus sueños, en su posición económica, en sus necesidades, olvidándose de la realidad de sí mismo, de los otros y de la experiencia de Dios, esto es sentirse solo. Zaqueo es un hombre reconocido e importante para la sociedad, pero igualmente señalado por sus actividades cargadas de avaricia, de poder y de autosuficiencia. Es una vida llena de satisfacciones, pero también de discernimientos y decisiones equivocadas que lo conducen a crear ciertos vacíos que deben llenarse de algo nuevo. Acoger y aceptar la salvación es aparecer como un "buscador" del amor, de la bondad y de la misericordia de Dios, es entrar en un nuevo dinamismo que dé frescura y un aliento nuevo a nuestra vida; es tomar la medicina adecuada para aplicarla en nuestro interior, tomando una nueva actitud; es abrir el regalo, el don de Dios para actuar ligeros y sin cargas que esclavizan; es ponerse el nuevo traje de la salvación para romper con las apariencias que no nos sacian ni nos generan vida porque no dan oportunidad para compartir libremente con la experiencia cercana y presente de Dios ni tampoco con la de los demás. Zaqueo bajó y recibió la salvación con alegría (vv. 6) señalando una actitud de humildad que facilita asumir un nuevo estilo de vida, más allá de nuestros intereses personales y de la planeación de nuestras propias metas y proyectos, que aunque son importantes, requieren saberse usar para transformar y reconocer el gran tesoro que existe de lo divino en lo humano.
2. Decidir por un nuevo estilo de vida (vv. 7-8): Después de que Jesús ha visto a Zaqueo y se ha hecho invitar a la casa, superando las murmuraciones de aquellos que se han quedado en la mentalidad del señalamiento o de la religión del yo (vv. 7), ahora este encuentro, en medio de una cena, toma un rumbo más profundo, no es algo masivo, sino que es una relación más cercana y personal. Zaqueo decide vivir un nuevo estilo de vida en el que las prioridades y los compromisos cambian, beneficiando, restaurando el daño y ayudando a los demás con generosidad (vv. 8), mostrándose solidario, honesto y justo, facilitando relaciones mejores y más saludables. Optar por un dinamismo nuevo en nuestra existencia humana es abrir la posibilidad de vivir una vida desde nuestro interior ligera y sin cargas que esclavicen e impidan progresar, volviendo la mirada a lo que es más importante para poder actuar y facilitar nuevas relaciones familiares y sociales donde es posible crear lazos que valoren cualidades, salven en la dignidad y respeten a la persona como un ser valioso, humano e invaluable por su humanidad y divinidad, superando así, la indiferencia, la individualidad, la injusticia social, la opresión y el egoísmo. Esta tarea transforma realidades, ayudándonos a progresar y a crecer integralmente en todos los aspectos de nuestra vida, dando lugar a un dinamismo renovado, donde nos descubrimos viviendo y actuando libres y felices junto a otros.
3. Entrar en el dinamismo de ser libre y feliz (vv. 9-10): Las consecuencias de haber acogido y aceptado la salvación, generan un nuevo dinamismo en nuestro estilo de vida, porque nos impulsa a ayudar y a compartir constantemente con los demás lo que hemos recibido, convencidos de que nada se puede dar por perdido (vv. 10). Todos estamos en la capacidad de colaborar para continuar creciendo y progresando en nuestro quehacer familiar y social, promoviendo la salvación como un acontecimiento presente que supera las injusticias y las esclavitudes, causadas por el poder y el apego...porque el Hijo del hombre ha venido a buscar y a salvar lo que estaba perdido... Asumir el dinamismo de ser libre y feliz, en consecuencia es aceptar y vivir una vida con sentido, que nos mueve a ir más allá de nuestras limitaciones, satisfacciones e intereses personales para contribuir y aportar a nuestra sociedad una mejor calidad de vida, en la que unidos podemos continuar avanzando y creciendo con objetivos claros, desarrollando con eficacia nuestros talentos, potencialidades y habilidades puestos al servicio y a la edificación de los demás, mostrando que todas las personas son importantes por su condición humana y divina (vv. 9) y, en efecto, deben ser acogidas con amor, con respeto y con cariño, constituyendo en nuestro quehacer social y familiar, unos escenarios favorables y saludables, cargados de justicia, de dignidad humana y de solidaridad constructiva.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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