EL DESAFÍO DE LA CONVIVENCIA 

¿En los momentos de confinamiento, la convivencia es un desafío, un color oscuro, indiferente para algunos? Todos en cada momento de la vida estamos en relación con los demás. Eso hace parte de nuestra esencia, como personas. De ahí, que el valor de la convivencia es un desafío que tienes que afrontar porque estás en la capacidad de estar rodeado de otras personas, manteniendo la armonía, el buen ambiente, el clima saludable en la relación familiar. Si. Convivir con aquellos con quienes hay veces solamente cruzábamos unas palabras o apenas oíamos sus necesidades o reclamos. Convivir es rescatar la necesidad de aprender a contar con los demás, de trabajar en equipo para aportar, para beneficiar a la comunidad familiar en la constructiva y buena convivencia. Ahora que estamos más cerca, más apiñados, más juntos es el momento para resolver situaciones, diferencias que se habían dilatado. Ya no hay excusa. Ahora estás cerca. Es el tiempo de callar para escuchar para conocer para ponerse en los zapatos del otro. Es tiempo de comprender el sentido de la vida y del otro; de rescatar lo perdido, el valor del diálogo, del comedor, de sonreír, de compartir lo mucho o lo poco, de orar juntos. Es tiempo para animar porque al igual que tú estás sintiendo miedo, los que están a tu lado también lo sienten, tienen sus dudas, sus incertidumbres y, por supuesto necesitan de tu apoyo, de una voz de aliento y de confianza. Este momento de convivencia es una oportunidad que no debes dejar pasar porque cuando todo vuelva a lo normal a lo cotidiano debe ser mejor de lo que estaba antes, donde los lazos que unen a tu familia son más firmes y fuertes, son más sólidos y poco dependientes de lo que es temporal. Convivir para aprender que el otro me interesa, y por ende busco no juzgar sino perdonar, impulsar, crecer, comprender, ayudar, respaldar, fortalecer lo que une más, haciendo posible que tu familia, sea una señal de solidaridad, de generosidad desbordada, de resplandor que camina siempre hacia adelante sin la sombra del miedo, de la duda y del fracaso. En fin, convivir para salir con nuevas posibilidades y proyecciones.
Luis Fernando Castro Parra
Teólogo-Magíster en Familia
Luisferflormaria@yahoo.es
@parraluisferf

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