LA FE, MÁS ALLÁ DE TODA FRONTERA Mt 15, 21-28 Domingo Vigésimo (Tiempo Ordinario)
LA FE, MÁS ALLÁ DE TODA FRONTERA
Mt 15, 21-28
Domingo Vigésimo (Tiempo Ordinario)
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Luis Fernando Castro P. Teólogo PUJ |
1. Muchas veces las situaciones y las circunstancias adversas que surgen en nuestra vida nos empujan a salir de nuestra zona de confort, de nuestras seguridades y de todo aquello a lo que estábamos acostumbrados y creíamos saber manejar y controlar. Jesús, el Maestro había salido de la tierra de Canaán, un pueblo considerado idólatra y confuso porque honraba al Señor con los labios, pero no con el corazón (cf. Mt 15, 8). Haciendo el camino hacia Tiro y Sidón (vv. 21), otra tierra pagana, se encuentra con una mujer, quien también ha decidido salir de la oscuridad porque su hija está enferma: malamente endemoniada (vv. 22), mostrándonos una realidad humana en el que una madre hace lo que sea por la salud de su hija. Canaán es una tierra basada en ritos, doctrinas, cultos, devociones, pero nada de acción, reducidos al banalismo de la costumbre y del cumplimiento, como que no existe una novedad, un proyecto, una meta clara para emprender y llegar a objetivos. El Pueblo de Israel considera a esta población como gente primitiva e ignorante. De esta penumbra y de este concepto emerge la mujer cananea con una fe grandiosa en contraste con la fe de Pedro y la fe los fariseos y saduceos, quienes tenían lejos el corazón de Dios.
2. Salir de la rutina con decisión, es decidir salir de las excusas, que impiden lanzarse hacia el encuentro de nuevos logros y nuevos alcances. Algunos vamos poniendo nuestras propias barreras en las relaciones personales y en la toma de nuevas decisiones: que si no podemos hacerlo, que si no somos capaces salir de este problema, que sino no estamos lo suficientemente preparados para asumir una responsabilidad, o llegar a unos acuerdos, que si hay mucha gente, mejor no hacerlo. Estas son frases que obstaculizan el proceso para salir a encontrarnos con algo nuevo. A cada solución le ponemos un pero. De esta manera, la practica de la rutina, no siempre será favorable porque vamos adquiriendo ciertas actividades que no nos dejan mucho margen para salir, para arriesgarnos y enfrentarnos a nuevas responsabilidades que seguramente nos ayudarán a crecer en todos los aspectos de nuestra existencia. La rutina nos impide descubrir nuevas perspectivas, e incluso entablar nuevas relaciones y aportes de otras personas. Lo más practico para algunos es mantener una rutina porque no tenemos que pensar demasiado para actuar. Todo lo hacemos en un modo de hábito, en el mismo orden y a la misma hora proporcionando seguridad, es lo que ya sabemos hacer y lo que nos toca hacer. Sin embargo, la misericordia de Dios va mucho más lejos de todos estos detalles que nos inventamos para que usando todo lo que Dios nos da como regalo (cf. Rm 11, 13-32) se convierta en bendición para muchas personas.
3. La rutina de nuestra vida como acción no nos permite tener algún imprevisto e incluso no lo esperamos ni lo calculamos porque sencillamente creemos tener el control de la vida. Sin embargo, en el dinamismo constante de nuestra existencia, habrán momentos que nos "obligan" a salir de nosotros mismos y de nuestro círculo muchas veces vicioso, eventos que se nos salen de nuestras manos, impulsándonos, aun en medio de la angustia, de dolor o del afán a ser más creativos, ampliando horizontes más allá de nuestros límites: ...que había salido de aquel territorio (vv. 2); a ponernos nuevas metas, nuevos objetivos y nuevos retos; a buscar nuevas alternativas, a planear nuevas estrategias, encontrándonos con la posibilidad de hacer cosas que antes no habíamos descubierto, acciones que nos conducen a reinventarnos, a hacer las cosas de manera diferente e incluso llegar en momentos a improvisar para hacer que las cosas se renueven (cf. Is 56, 1.6-7) y cambien en el ambiente del entorno.
4. La mujer cananea como madre cuando va gritando detrás de Jesús y de sus discípulos muestra su agitación interna, su confusión y su sufrimiento. El grito es un modo de oración, el cual ella usa invocando una frase muy común en el mundo hebreo: Hijo de David...(vv. 22). Además, de este título la mujer llama al Maestro, Señor, dejándonos ver como sus expresiones se insertan en la experiencia de Jesús y en su proyecto. Las palabras no buscan solamente el milagro, también son palabras que la conducen a vivir una experiencia mayor. Estas palabras traslucen la confianza de esta mujer y madre sufriente que entiende el corazón de Dios. Una madre que ama a sus hijos conocen a Dios desde sí misma. Salir entonces de la rutina, de lo que nos parece obvio rompe con paradigmas, protocolos e incluso relaciones de fe, esquemas, métodos, logrando que las cosas sucedan de una manera distinta y se transformen en algo distinto, abriendo la puerta a un dinamismo novedoso de nuestra vida y de nuestras relaciones con los demás, dando frutos constructivos que aportan y benefician a muchas personas. Salir de la rutina de la vida es mostrar que la vida tiene un sentido y que las adversidades son oportunidades para aprender, crecer y usar la fe (vv. 22b) como una fuerza espiritual que nos mueve a hacer que las cosas que nos parecen inalcanzables, majestuosas, complejas, difíciles e imposibles, sucedan.
5. Mientras vamos avanzando por nuestra vida hacia lo que queremos alcanzar, nos vamos encontrando con una serie de obstáculos y de dificultades inevitables en la travesía que no son el final. Lo mejor siempre está más adelante. Jesús, los discípulos y la mujer cananea comienzan un diálogo, trenzado entre en el silencio (vv. 23), la indiferencia (vv. 24.26) el poco interés y la exclusión por la situación (vv. 23b). provocando mayor demora y desgaste. En este proceso al principio se muestra una actitud en el que se ignora el sufrimiento y el afán de la mujer. No se niega el favor y a cambio se explica porque no hay intención de dedicarse a los paganos: No he sido enviado más que a las ovejas perdidas de la casa de Israel (vv. 24). Jesús se ajusta a los planes de Dios, reservando su propia actividad al pueblo de la Alianza y, después de la resurrección lo hará con los paganos (cf. Mt 28, 19-20). Por su parte la mujer no le interesa tanto los planes de Dios, su fe va mucho más allá del proyecto de Dios, rompe con las fronteras y con los límites. Independiente de lo que hayamos aprendido o de lo que nos hemos acostumbrado es posible dar a nuestra vida un nuevo dinamismo, en todos los aspectos para transformarla, para verla de un modo distinto, para darle un nuevo aire, un nuevo aliento, pero hay que pagar el precio, hay que vencer algunas resistencias, hay que superar algunos obstáculos inevitables o en otros casos realizar sacrificios significativos sin que esto implique usar la fe que nos conduce a ver donde otros no captan o no quieren ver.
6. En algunos casos aparecerá la indiferencia de personas que no les interesa nuestra situación o que por miedo de perder su autoridad no quieren acercarse ni comprometerse con los demás. Guardan silencio, se apartan de nuestra realidad, nos miran con sospecha y nos rechazan. Otros, entre tanto, verán en nosotros poca importancia, les pareceremos un estorbo a su realización porque observan solamente lo externo, el estrato, lo superficial, la condición social e intelectual sin darse el permiso de hallar algo más, de ir un poco más lejos, cerrando las oportunidades y las puertas para continuar creciendo y abriendo la posibilidad también a que otros también lo hagan. Sin embargo, la decisión es insistir, continuar hacia adelante para poder contribuir y construir un estilo de vida mejorado, pues todos necesitamos de todos para que nuestra vida halle sentido y realización. Además, porque el fruto no está en las resistencias o en los obstáculos que surgen en la travesía de nuestra vida, sino que los encontramos más adelante. Estas acciones las vemos en la decisión que tomó la mujer cananea ante las resistencias que surgieron en esta salida. La mujer insiste y se acerca de manera física a Jesús y se postra a los pies del Maestro, reconociendo a Jesús como Señor: ...Señor, ayúdame...(vv. 25).
7. Pero, la respuesta de Jesús sigue en una actitud negativa: No está bien tomar el pan de los hijos y echárselo a los perritos (vv. 26). Para el mundo judío los perritos eran considerados impuros, paganos. Es una expresión que no gusta mucho para nosotros porque nos parece un acto grosero de parte del Maestro. Sin embargo, la mujer sagazmente responde de una manera magistral, usando las palabras de Jesús y poniéndolas a su favor. Ella hace una reflexión impresionante porque si bien comparte su argumento, asimismo introduce su opinión: ...también los perritos comen de las migajas que caen de la mesa de sus amos (vv. 27). Esta mujer no sólo se queda con la explicación, sino que va mucho más lejos. La fe de la mujer le permite ver y ponerse en el lugar de los pequeños que entran en el Reino (cf. Mt 18,4). La mujer mira con esperanza y sugiere con iniciativas creativas lo que puede cambiar la situación (cf. Salmo 66, 2-8). Las palabras de esta mujer expresan su fe donde el inmenso amor de Dios no deja a nadie pasar necesidad. Las bendiciones de Dios es para todos y no tiene alguna frontera.
8. Para vencer las resistencias es importante: 1. orar (vv. 22b), es decir ver de un modo distinto nuestra realidad haciéndonos conscientes de lo que es esencial e importante. Cuando sabemos lo que deseamos y hasta dónde queremos llegar en eso nos enfocamos. Y, aunque surja lo inevitables nada nos impedirá continuar avanzando hacia el objetivo. 2. Usar la fe. La fe como fruto se nos ha dado en semilla, para que al cuidarla y ejercitarla pueda llegar a dar el mejor fruto. No interesa si la fe es como un grano de mostaza ((cf. Mt 13, 31-33) o si es como la semilla de un aguacate, lo que importa es ejercitar este fruto para ver donde otros no alcanzan a ver, visualizando a dónde queremos llegar y qué queremos alcanzar para mejorar y fortalecer nuestra calidad de vida y las relaciones con las demás personas. No se trata de ver para creer, sino de creer para ver. La fe nos mueve a ver más allá de nuestras posibilidades, de nuestras seguridades y egos para poder crear relaciones nuevas y constructivas de amistad, de solidaridad y de generosidad. Relaciones con ambientes familiares, laborales, y sociales saludables, impregnados del amor y de la alegría que nos provoca ser libres y felices. 3. Enfocarnos en Dios con humildad y confianza (vv. 25). Aunque para algunos no seamos importantes para Dios todos somos especiales e importantes, por eso, usar la grandeza de la humildad, es dejarnos sorprender y asombrar por los distintos regalos maravillosos de la vida que siempre son nuevos y agradables para todos. La humildad, la fe y la confianza arrancará grandes bendiciones para nosotros y para los demás (vv. 26), haciendo felices y aportando al crecimiento constructivo de nuestra vida.
9. Ver los resultados, aquello que hemos visualizado y que se había proyectado es posible lograrlo, descubriendo el respaldo divino, que junto a nuestra perseverancia las cosas suceden y son llevadas a buen término para beneficio personal y también para el aporte constructivo de las demás personas: "Mujer, grande es tu fe: que te suceda como deseas" (vv. 28). Jesús ante las acciones y las respuestas de la mujer parece recapacitar o por lo menos de repensar. El Maestro cambia su comportamiento y le concede lo pedido a esta madre. Pero, lo importante es elogio, las palabras de Jesús porque no hay condiciones, sino felicitación. Jesús reconoce la fe de la mujer, la cual no sólo beneficia a la madre, sino además a la hija y, en ella a muchas personas donde todos nosotros estamos incluidos porque la experiencia de Dios se queda solamente para el mundo judío, sino además se abre para los que eran considerados paganos. La fe de la mujer y madre se pone en contraste con los religiosos porque la fe usada por esta mujer no la detuvo para alcanzar su objetivos. De esta manera, la mujer no sólo halla la misericordia de Dios que no excluye a nadie, también nos muestra como el Padre está por encima de las barreras culturales, religiosas y sociales que muchas veces nosotros como seres humanos nos trazamos, impidiendo que otros conozcan y crezcan en su existencia.
10. En resumen, Todos tenemos las oportunidad para lograr alcanzar las cosas que nos proponemos, todos somos importantes y estamos en la capacidad de dar un nuevo dinamismo a nuestra vida y a quienes están a nuestro alrededor. El camino, las estrategias que usemos son importantes, sin embargo, lo más grande es el crecimiento que vamos obteniendo cuando avanzamos hacia las metas, hacia el objetivo de alcanzar nuevas cumbres, aun en medio de las inevitables adversidades. usando la fe más allá de toda frontera. La fe abre puertas, pues va más allá de la búsqueda de milagros. Lo importante es la apertura hacia otras personas sin condiciones donde es posible que otras personas conozcan la experiencia de Dios. Hacer que las cosas sucedan, entonces nos desarrolla capacidades que antes por la rutina no habíamos usado. Esto en consecuencia nos traerá elogios, alegrías, admiración, pero lo más importante es descubrir lo que somos y lo que podemos hacer cuando decidimos salir de nosotros mismos, de nuestras comodidades y de nuestros propios paradigmas para ver lo que hemos ahora proyectado, transportando "montañas" para vivir en un modo libre y feliz. Activar hoy la fe, la humildad, la perseverancia para hacer posible que las cosas sucedan, dando un nuevo dinamismo a nuestra vida y a quienes caminan junto a nosotros es derribar muros, fronteras y límites acogiendo en nuestra mesa a todas las personas, pues todos somos hijos amados del Padre.
Luis Fernando Castro P.
Teólogo- Magister en Familia
@parraluisferf
luisferflormaria@yahoo.es
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